El claustro de la Universidade da Coruña (UDC) suspende en paridad. Solo una de cada tres docentes e investigadores (el 37%) de la institución académica ese mujer, una tasa que la sitúa a la cola del país -en el puesto 33 de 47 universidades públicas-, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación, correspondientes al curso 2013-2014. A nivel estatal, los varones son mayoría -seis de cada diez profesores-, pero hay grandes diferencias por centros. La Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, la Rovira i Virgili (Tarragona) y la Complutense (Madrid) son las que más se acercan al equilibro de sexos entre el profesorado -las mujeres representan el 48,3%, el 47,2 y el 45,3% del claustro, respectivamente- mientras que la Politécnica de Cartagena es la que tiene más deberes por hacer: solo una de cada cinco docentes es mujer.

A Coruña es la universidad gallega con menos profesores -1.500, frente a los 1.600 de Vigo y los 2.158 de Santiago- y también la que menos mujeres tiene en plantilla. Apenas medio millar de profesoras, por más de 880 en Compostela y 650 en el campus vigués. Pero ninguna universidad gallega llega a la paridad. Pese a que Santiago y Vigo superan la media española de presencia de profesoras e investigadoras (39,3%), el porcentaje aún queda lejos de la paridad: Santiago cuenta con un 40,9% de mujeres en plantilla y Vigo con un 41%.

Pero las diferencias entre sexos se notan también en la categoría profesional. Si en el caso de los hombres, más de la mitad (el 57%) tiene plaza de funcionario, en las mujeres el porcentaje es menor (49%) y la cifra absoluta es similar a la de contratadas: 256 funcionarias por 259 con contrato, pero sin plaza fija (en los hombres hay 519 funcionarios por 387 contratados). Pero la brecha más importante se observa al analizar el número de docentes con cátedra. Si la UDC cuenta con 146 catedráticos varones -120 de universidad y 26 de escuela universitaria-, tan solo hay 35 mujeres con este puesto, cuatro veces menos.

Unas diferencias por género que se aprecian incluso al analizar la presencia masculina o femenina en las distintas ramas de enseñanza. Mientras cuatro de cada diez varones docentes e investigadores de la UDC trabajan el área de ingeniería y arquitectura (el 43%), la tasa de mujeres que imparten clase en facultades de esta rama es muy inferior: apenas un 18%. Lo mismo sucede, aunque a la inversa, al observar los datos en el área de ciencias de la salud. Si 85 mujeres son docentes en facultades con carreras sanitarias (lo que supone el 16,5% del total), tan solo un 6,8% de los varones en plantilla en el claustro coruñés trabaja en esta rama de enseñanza. En el caso de las mujeres, el área con mayor presencia es la de ciencias sociales y jurídicas (donde trabaja el 36% de las docentes de la universidad coruñesa) mientras la rama con menor presencia femenina es de artes y humanidades (un 9,5%), según los últimos datos del Ministerio de Educación, correspondientes al curso 2013-2014.

La estadística revela que la paridad en los claustros universitarios todavía es una utopía en el conjunto del país. El porcentaje medio de mujeres que conforman las plantillas del profesorado de los centros públicos es del 39,3%. Si el estudio se realiza por comunidades autónomas y no por universidades, Galicia -con una tasa del 39,9%- se sitúa ligeramente por encima de la media estatal y como la octava autonomía con mayor presencia femenina en los campus, por debajo de Aragón (43,5%), Castilla y León (43,2%), País Vasco (43%), La Rioja (42,7%), Baleares (40,8%), Castilla-La Mancha (40,6%)y Navarra (40,3%). A la cola, Cantabria (34,8%).