El pasado de Xosé Filgueira Valverde como alcalde de Pontevedra durante el régimen de Franco ha despertado la polémica entre algunos sectores de la sociedad gallega por su homenaje en las Letras Galegas de este año. Ramón Villares, presidente del Consello da Cultura Galega (CCG) y uno de los promotores de la candidatura del pontevedrés para esta efeméride, considera en este sentido que, en lugar de "demonizar" su figura, sería una buena ocasión para analizar "la naturaleza del franquismo" y del "galleguismo que sobrevive" dentro de esa época.

El profesor Villares lamenta el "perfil de veto" de alguna de las críticas vertidas contra la elección de Filgueira por parte del plenario de la Real Academia Galega (RAG), algo que "no puede ser" y que "intelectualmente no se puede aceptar". "¿Puede ser discutible? Claro, pero no se puede vetar una decisión tomada libre y democráticamente", defiende.

El presidente del Consello da Cultura Galega insiste, en contraposición a las críticas, en que la figura de Filgueira "da para todo" y considera que su protagonismo en el Día das Letras no debe ser excusa para "demonizar" a una figura caracterizada por su "lealtad" a la cultura gallega.

"Es lo fundamental. Lo demás son opiniones o ideologías", destaca. Villares señala que Filgueira "era conservador y católico", un ideario que "no escondió ni antes ni después de la Guerra Civil", y aclarado que "con esos mimbres también se construye nación y cultura, no con un grupo pequeño de gente perfecta y pura". "Las personas no somos perfectas", afirma.

El conocido como "o vello profesor" fue, además, militante y dirigente del Partido Galeguista hasta su giro hacia la izquierda, que motivó su alejamiento en el año 1935. De este modo, hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936, la relación del pontevedrés con el galleguismo de la época era de "hermandad", aunque posteriormente parte de los que se habían pasado al bando republicano "no tenían buena opinión de Filgueira", como tampoco "de Risco ni de muchos otros".

A pesar de ello, según recuerda Villares, el homenajeado conservaba "buenas relaciones" con diversos miembros del antiguo galleguismo en una época en la que, en definitiva, "convivían distintas conductas y distintas estrategias".

La elección de Filgueira para el 17 de mayo está condicionada por su aportación literaria-investigadora y su "creación de ensayo", en la que "reúne ampliamente las condiciones". Una obra "propia de un polígrafo", destaca Villares, de la que se queda con el libro Os Nenos, reeditado por el CCG y redactado cuando tenía tan solo 20 años, o su contribución de historia del arte e investigación, de la que se queda con su tesis sobre la cantiga 103 de literatura medieval gallega.

Desde el punto de vista político, Villares se queda con su contribución como "actor importantísimo" en la "creación de instituciones de la cultura gallega", sobre todo en la fundación del Seminario de Estudos Galegos, su papel como "alma mater del Museo de Pontevedra", y su trabajo en el Consello da Cultura Galega, el Instituto de Estudos Galegos Padre Sarmiento o la Real Academia Galega (RAG).