-¿Cuál es la clave del éxito de la serie El Ministerio del tiempo

-Es una serie que, aunque tenga menos audiencia que otras, se va a recordar. Otras se consumen sin más. Se ha creado desde el corazón y la verdad, con mucha libertad creativa. La primera temporada es mi hermano y yo despidiéndonos: él muriéndose y escribiendo la serie y yo viendo cómo se iba y al mismo tiempo preparando guiones. Eso traspasa la pantalla en los capítulos.

-No debe de ser fácil escribir así una serie que habla de la memoria...

-Es muy duro. Me ha costado editar los guiones de mi hermano. Pero la lección que he aprendido es que hay que luchar. Escribió el capítulo del Guernica con un ratón ocular, letra a letra, pestañeando, apenas un mes antes de morir... y es un capítulo sin ira, sin rabia, que tiene optimismo y sentido del humor.

-¿Hacía falta una ficción como El Ministerio del tiempo

-La historia es una mina para trabajar, pero hay que hacer algo documentado y ético. No desde una ética ideológica, sino desde una ética del guionista que no puede envilecer al espectador, porque el espectador es igual de inteligente, o más, que él. La televisión no es solo industria, negocio o publicidad. Los que dicen eso saben que mienten.

-¿Una serie como esta podría emitirse en una cadena privada?

-Estamos cerca de que una privada dé ese salto de perder audiencia para ganar calidad... Creo que Atresmedia avanza hacia series comerciales pero de prestigio.

-¿En la nueva temporada habrá cambios para llegar a más gente?

-La libertad seguirá siendo la misma. He aprendido que hay capítulos que podrían estar mejor contados, menos liosos, aunque cuando un episodio tiene mucha emotividad la gente se deja llevar por la emoción y no cuestiona los viajes por el tiempo. No es una serie de ciencia ficción, es de fantasía. Importan más las emociones y los choques culturales que los mecanismos de las puertas. Los viajes por el tiempo no se pueden explicar lógicamente.

-¿Fue un acierto la elección de los actores para la serie?

-Escribimos la serie pensando ya en esos actores, menos una actriz que no está. En España los actores trabajan demasiado tiempo y no tienen tiempo para ensayar. Los registros de Rodolfo son maravillosos. Me recuerda a su padre, tiene un gama desde el humor, el drama, la hombría, la debilidad...

-¿Qué puede avanzarnos de la segunda temporada?

-Arrancamos con el Cid. Y estamos obligados a hablar de Cervantes y El Quijote.

-¿La gente puede estar orgullosa de los funcionarios del tiempo?

-En el Ministerio tratamos con mucho cariño a los funcionarios. La base de un estado son sus funcionarios, son su esqueleto.

-¿A qué pasado viajaría?

-A un momento en el que pudiese seguir hablando con mi hermano. Si el ministerio existiese viajaría para conseguir la vacuna contra el ELA y se la daría.