El mayor desastre ecológico en aguas de España todavía no se ha resuelto. Año y medio después de que la Audiencia de A Coruña dictase una sentencia absolutoria contra los acusados de la marea negra causada por el Prestige, una veintena de partes que recurrieron el fallo esperan que el Tribunal Supremo dirima la responsabilidad del vertido que tiñó de chapapote más de 3.000 kilómetros de costa, desde la desembocadura del Miño hasta el litoral francés.

La Fiscalía gallega cifró en más de 4.300 millones de euros los daños causados para España por el petrolero monocasco con 26 años de antigüedad, casi 2.500 millones corresponden a Galicia. Haca apenas una semana el fiscal del caso, Álvaro García-Ortiz, reconoció tener "poca esperanza" en que el Alto Tribunal dé la vuelta a la sentencia y permita exigir responsabilidades a la naviera y a la aseguradora del Prestige.

El desastre del megabuque Exxon Valdez fue un derrame de petróleo provocado tras encallar el 24 de marzo de 1989, con una carga de 41 millones de litros de crudo, en Prince William Sound, Alaska, vertiendo 37.000toneladas de hidrocarburo. Alaska vivió la peor tragedia ecológica de su historia con millones de litros de crudo que se expandieron sobre más de 2.000 kilómetros de costa. Los daños a la fauna que se produjeron en esta zona aún se siguen estudiando. Cuando terminó el juicio civil, en el verano de 1995, se estableció que Exxon Corporation debía pagar cinco mil millones adicionales por daños punitivos.

El Erika era un petrolero con bandera de conveniencia maltesa construido en Japón en 1975 y propiedad de la empresa francesa Total-Fina-Elf. En diciembre de 1999, en plena travesía del Cantábrico y con una mar de fuerza 8 a 10, el barco se partió en dos debido a un defecto estructural provocando una catástrofe ecológica sobre las costas de Bretaña.

En enero de 2007 el tribunal de París dicta sentencia condenando a Total, al armador, al gestor del petrolero, y a una sociedad italiana de certificación Rina a pagar colectivamente 192 millones en indemnizaciones a las víctimas de la marea negra. La sentencia absuelve al capitán, y a los oficiales del servicio de salvamento a los que se acusaba de negligencia. La sentencia es histórica porque instaura en Francia por primera vez el concepto de "perjuicio ecológico".