Manuel Gago es profesor en la Universidad de Santiago de Compostela y experto en el desarrollo de proyectos de aplicaciones móviles dirigidas al mundo de la comunicación y divulgación cultural. Considera que la continuidad de los wearables va unida con su especialización en algún aspecto.

-¿Windows ha puesto la primera piedra para que los wearbles

-Está claro que los smartphones evolucionan de los móviles pero de un modo radical, ya que multiplica sus posibilidades un 100%. El empleo en ellos de un software libre puede llegar a abaratar su producción y a que la gente o pequeñas empresas, sobre todo relacionadas con la salud o el textil, se interesen más por ellos. Los wearbles son fruto de la innovación y la originalidad. El camino ya empezó hace tiempo, pero la llegada del Apple Watch permite abrir nuevas líneas de negocio vinculadas a los wearables.

-¿Considera que pueden llegar a ser sustitutos de los teléfonos?

-Todo dependerá de cómo la gente se apropie de la tecnología. Los móviles venían orientados a cumplir una función de terminada, que era llamar y ahora ya cumplen con otra función. La especialización será decisiva, tienen o deben de cumplir una función o una utilidad propia. Si los smartwatch se vinculan, por ejemplo, al mundo de la salud o al soporte vital, serán empleados para ello, mientras que los teléfonos seguirán teniendo la función de lectura de noticias o relaciones sociales.

-¿Cómo puede afectar su introducción al mundo de la comunicación?

-Quizás en este momento todavía no le afecte, para ello habrá que esperar igual un par de años. Pienso que los wearables van a estar más relacionados con la comunicación interpersonal mientras que los teléfonos móviles lo harán con la colectiva o pública. Los teléfonos seguirán siendo empleados para un contacto más íntimo y largo con los seres próximos y los wearables al mundo del entretenimiento.

-¿Cúal será el siguiente paso a dar?

-El paso del hardware al mundo textil, es decir a integrarlo en nuestras prendas o ropas. Ya existen pero no tienen una función clara, para que algo prospere hay que tener claro cuáles con sus objetivos. Hay tecnología pero no mercado.