El cuadro de Picasso Cabeza de mujer joven, vinculado al banquero Jaime Botín y objeto de polémica por su supuesta exportación ilícita, llegó ayer por la tarde al Reina Sofía procedente de Córcega y será custodiado en el museo madrileño mientras se investiga su intento de venta.

Esta obra podría integrarse en las colecciones del museo en el caso de que la justicia considere que el cuadro ha sido objeto de tráfico ilícito de bienes, tal y como establece la Ley de Patrimonio Histórico Español. Por el momento, el Reina Sofía se limitará a custodiar y conservar en las condiciones necesarias la obra que le ha sido entregada por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como un depósito policial, a la espera de que finalicen las investigaciones.

Cabeza de mujer joven, un óleo sobre lienzo valorado en 26.200.000 euros, llegó pasadas las 17.15 horas a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a bordo de un avión de la Guardia Civil, en el que viajaban agentes del Grupo de Patrimonio Histórico de la UCO, según informaron fuentes del cuerpo. Además, viajaron a Córcega, en concreto al puerto de Calvi, personal de la Secretaría de Estado de Cultura del Ministerio de Cultura: un funcionario del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos del Estado, un restaurador del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y un especialista en manipulación y embalaje de obras de arte.

La historia que rodea este cuadro tiene su origen en la petición que realizó el 13 de diciembre de 2012 la firma de subastas Christie's Ibérica a la secretaría de Estado de Cultura española para la exportación definitiva del picasso a Londres en nombre de Botín, "dueño de pleno de dominio" de la pintura.

Pocos días después, la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español acordó denegar la autorización al "no existir una obra semejante en el territorio español", ya que se trataba de "una de las pocas realizadas por su autor dentro del denominado periodo Gósol".

La Junta encargó entonces a una de sus vocales, la conservadora jefe de Pintura y Dibujo 1881-1939 del Museo Reina Sofía, un informe sobre la pieza, en el que destacó su "excepcional importancia". Además, ponía de manifiesto que el hermano del fallecido Emilio Botín la adquirió en enero de 1977, procedente de la Marlborough Fine Art de Londres con destino a su colección particular en España.

El director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas de España denegó no solo el permiso, sino que emplazó a la autoridad competente a que la declarara obra Bien de Interés Cultural. Cuando se le notificó la decisión, Botín comunicó al Ministerio que la solicitud de la casa de subastas contenía "varios errores", puesto que la obra ni se encontraba en territorio español ni era de su "propiedad directa", sino de la sociedad panameña -de la que es accionista mayoritario- Euroshipping Charter Company.

A pesar de las medidas cautelares impuestas por la Audiencia Nacional que imposibilitan la salida del cuadro de las fronteras españolas, se perdió la pista del barco en el que se encontraba en Valencia. Desde el Ministerio se solicitó a la UCO que investigara la ubicación del buque. Estas investigaciones llevaron a su localización en Córcega, lo que demuestra que se saltaron las medidas cautelares impuestas por lo que podría considerarse tráfico ilícito de bienes.