El Ministerio de Sanidad solo permitirá la venta de cigarrillos electrónicos en estancos, tiendas especializadas, farmacias y parafarmacias, al mismo tiempo que prohíbe su comercialización en cualquier otro establecimiento o a través de internet. Se trata de algunas de las novedades que se recogen en el proyecto de real decreto por el que se regulan la fabricación, la presentación y la venta de tabaco y los productos relacionados del Ministerio de Sanidad, que responde a la trasposición de una directiva europea en esta materia.

El departamento que dirige Alfonso Alonso tiene la intención de que estos dispositivos electrónicos solo se vendan en expendedurías de tabaco y timbre (estancos), tiendas especializadas, farmacias y parafarmacias. En el borrador del real decreto está recogida la prohibición de que los cigarrillos electrónicos se puedan distribuir a través de la venta ambulante y a distancia, incluidos internet y los demás servicios de la sociedad de la información. Se prohíbe también su venta en máquinas expendedoras de estos dispositivos y todos sus accesorios, incluidos los líquidos de recarga. Las muestras gratuitas, las ofertas y los descuentos por parte de fabricantes y comerciantes, tampoco estarían permitidas.

Hasta ahora el Ejecutivo central, a través de la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios, había limitado la prohibición del uso de estos dispositivos en centros sanitarios, zonas educativas e infantiles, en el transporte público y en las Administraciones Públicas.

En este nuevo texto, el ministerio regula el control de calidad y verificación de estos cigarrillos, además de su distribución, la vigilancia de reacciones adversas y su publicidad y promoción. En concreto, no permitiría las comunicaciones comerciales sobre los cigarrillos electrónicos en prensa y otras publicaciones impresas, en la radio y en medios audiovisuales. Y también quedará prohibida su publicidad y promoción como métodos de ayuda para dejar de fumar, argumentando que están exentos de riesgos para la salud o similares.

Sanidad indica que, en general, estos productos se publicitan como "inocuos"; sin embargo, alerta de que no se pueden excluir "los riesgos para la salud asociados al uso o exposición al vapor". "A corto plazo, se han hallado efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias similares a los asociados al humo del tabaco", destacan desde el departamento estatal, aunque añaden que son necesarios "más estudios para conocer los efectos a largo plazo".

Desde el ministerio dirigido por Alfonso Alonso advierten de que se han encontrado "sustancias cancerígenas en líquidos y vapor de cigarrillos electrónicos" y que "se han descrito numerosas intoxicaciones y efectos adversos relacionados con estos productos, algunos severos". Según Sanidad, "la utilización de estos productos genera emisión de propilenglicol, nicotina y sustancias cancerígenas que pueden contaminar los espacios cerrados, con los consecuentes riesgos por exposición pasiva".

En cuanto a las sanciones, el borrador contempla infracciones leves que estarían penalizadas con hasta 3.000 euros, graves desde esta cantidad hasta los 15.000, y muy graves, desde esta cuantía hasta los 601.000 euros, aunque se puede rebasar la cantidad hasta alcanzar el quíntuplo del valor de los productos o servicios que son objeto de la infracción.

Las reacciones al proyecto de real decreto de Sanidad no se han hecho esperar y desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) critican que el ministerio no prohíba la venta de cigarrillos electrónicos en farmacias y parafarmacias como hasta ahora. La medida, en opinión del neumólogo y director del programa en investigación sobre tabaquismo en la Separ, Carlos Jiménez, "no parece adecuada" ya que "no hay ningún dato científico de que sean eficaces y seguros para dejar de fumar".