El Gobierno permitirá la venta de cigarrillos electrónicos en farmacias y parafarmacias, además de en estancos y tiendas especializadas, y prohibirá su venta online y

su publicidad. Sin embargo, no prohibirá su consumo en bares y restaurantes, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y reclaman las principales sociedades científicas.

Su venta en farmacias ha sorprendido a los especialistas en Salud Pública que, como Francisco Rodríguez Lozano, presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), califican la medida de "chocante". "El mismo texto reconoce que es un producto tóxico, que no es inocuo, así que no se entiende por qué se autoriza su venta en farmacias. Es una forma de despistar al consumidor", señala el especialista. Y también a los propios fabricantes, que consideran que la comercialización en farmacias puede generar confusión en los usuarios, ya que no es un producto para dejar de fumar "sino una alternativa menos dañina" para el adulto fumador.

El borrador del real decreto que regula la fabricación, presentación y venta de los productos del tabaco acota, por primera vez, los puntos de venta de este producto, pero no amplía los lugares donde la ley General para la defensa de los consumidores vetaba ya el consumo de este producto: colegios, zonas de juego y parques infantiles, hospitales y centros de salud, instalaciones de las administraciones públicas, servicios de atención a ciudadano y transporte público.

El texto, que incluye por primera vez una regulación específica para este dispositivo electrónico, es una transposición de una directiva europea en esta materia aprobada en abril del pasado año, que regula por primera vez este dispositivo. "Lo que hace este decreto es transponer una directiva europea que está aprobada. La Unión Europea obliga a todos sus estados miembros a trasponerla en sus legislaciones nacionales las directivas que se aprueban para todos los

estados miembros. Vivimos en la Unión Europea", matiza Elisardo Becoña, catedrático de Psicología Clínica y director de la Unidad de Tabaquismo de la Universidade de Santiago (USC).

Productos tóxicos

El texto del Ministerio de Sanidad indica que, en general, estos productos se publicitan como inocuos, cuando "no se pueden excluir los riesgos para la salud asociados al uso o exposición al vapor de los cigarrillos electrónicos". En este sentido, Sanidad avisa de que se han hallado a corto plazo efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias similares a los que provoca el tabaco convencional, se han descrito numerosas intoxicaciones, y se han encontrado sustancias cancerígenas en líquidos y vapor de cigarrillos electrónicos que pueden contaminar espacios cerrados. Advierte además de que su eficacia como ayuda para dejar de fumar no ha sido demostrada y que, por el contrario, podría actuar en el mantenimiento o iniciación a la adicción a la nicotina, avalando así, las advertencias de los especialistas. Sanidad prohibirá, además de la la publicidad y promoción de estos productos, su venta ambulante, en máquinas expendedoras y a través de internet.

Para la Asociación Nacional del Cigarro Electrónico (ANCE), este borrador supondrá "un impacto negativo" en las empresas del sector. En su opinión, el texto del departamento de Alfonso Alonso va más allá de la directiva europea y establece "requisitos administrativos desproporcionados, solo para España, inasumibles para las pymes del sector". Para la patronal, la directiva es un texto "equilibrado" al definir el cigarrillo electrónico como una categoría de producto diferente al tabaco convencional e introduce un "estricto régimen" común para toda Europa, de calidad y seguridad de los productos, así como de información para el consumidor y publicidad.

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