Durante el verano pueden aumentar los ataques de migraña, aunque al contrario de lo que se cree, no se debe a las altas temperaturas sino a los cambios de hábitos en la alimentación y el sueño, tal y como señaló ayer el neurólogo especialista en dolores de cabeza y director del nuevo posgrado de cefaleas de la Universidad Oberta de Cataluña, el doctor Roberto Belvís.

"Es cierto que el calor puede vasodilatar las arterias craneales, pero no se ha relacionado con el empeoramiento de la migraña o cualquier tipo de cefalea en ningún estudio", explicó Belvís. El cambio de horarios de las comidas, el consumo de bebidas frías y helados, la falta de descanso y los problemas para conciliar el sueño son algunas de las causas que provocan cefaleas durante el verano.