Hace poco menos de un mes que Mercedes Casanova Díaz asumió la presidencia de Cruz Roja en la provincia de A Coruña, un cargo que ocupará durante los próximos cuatro años y que se plantea "como un reto más en la faceta del voluntariado". Esta betanceira de 47 años es conocedora de base de la centenaria organización, no obstante, lleva casi un cuarto de siglo vinculada a ella, y desde 2003, ha estado al frente de la asamblea comarcal de Betanzos, un puesto que deja ahora para desempeñar su nuevo cometido. Casanova Díaz explica que se hizo voluntaria de Cruz Roja en 1992 para poner "sus conocimientos y su voluntad al servicio de una organización social" y asegura que, desde entonces, "han cambiado las necesidades de las personas, y también la manera de responder a ellas". La nueva presidenta provincial de Cruz Roja reconoce, además, que atender las problemáticas derivadas de la crisis económica ha supuesto "un esfuerzo añadido" a una institución que, insiste, ha trabajado siempre para "estar al lado de las personas y ayudarlas a salir adelante". "En definitiva, para mejorar su calidad de vida", subraya.

-Tras casi un cuarto de siglo vinculada a Cruz Roja, esta organización debe de ser ya como su segunda familia...

-Es una parte de mi vida. Inicié mi labor como voluntaria en 1992, en Cruz Roja Juventud de Betanzos, cuando la organización estaba dando sus primeros pasos en esta localidad, de la mano de Juan Suárez y Francisco Martínez. Me gustó su planteamiento, y aunque el voluntariado, por aquel entonces, no estaba tan arraigado como ahora, decidí dar el paso porque Cruz Roja ha sido siempre una garantía de actividad, transparencia e integridad.

-¿Han cambiado mucho desde entonces las necesidades de las personas que acuden a Cruz Roja en busca de ayuda?

-Las necesidades han cambiado, al igual que nuestra manera afrontarlas y de darles respuesta. Intentamos que la acción voluntaria de Cruz Roja sea más completa e integral, y que nuestros voluntarios estén cada vez más preparados para realizar su labor. Antes nos centrábamos, sobre todo, en el reparto de alimentos, pero ahora el abanico de ayudas que nos solicitan es mucho más variado: pago de alquileres y su ministros (agua, luz, gas...), escolarización y otras necesidades de la infancia, formación y empleo...

-¿Ustedes que trabajan a pie de calle perciben esa "recuperación económica" de la que tanto se habla?

-No dudo de los datos macroeconómicos, pero dudo menos de lo que vemos cada día, y sigue habiendo grandes problemáticas, personas, y familias enteras, en situación de muchísima vulnerabilidad.

-Dicen que en tiempos de crisis aumenta la solidaridad, ¿Cruz Roja ha notado un incremento de la cifra de voluntarios en A Coruña en los últimos años?

-Justo antes de que estallara la crisis económica ya teníamos una línea ascendente, pero sí que es verdad que en los últimos años la cifra de voluntarios ha aumentado en una proporción mayor (en la actualidad, rondamos los 1.500 en toda la provincia). Desde el primer momento, la gente tomó conciencia de que estábamos ante una situación excepcional, en la que su ayuda era muy necesaria. Además, el voluntariado es una labor muy gratificante. De hecho, los voluntarios coinciden en asegurar que al final siempre reciben más de lo que dan.

-¿Qué requisitos hay que cumplir para hacerse voluntario de Cruz Roja?

-Lo más importante es que cuando una persona piense en dar el paso, lo dé, porque muchas veces es un deseo que se nos queda en el terreno del pensamiento. Acercarse a la organización y conocer in situ los proyectos que desarrolla y en los que se puede colaborar es fundamental para ver si se podría encajar en alguno de ellos. A partir de ahí, el requisito para hacerse voluntario es recibir una información básica importante para saber en qué marco se mueve la acción voluntaria de Cruz Roja. Y tener, por encima de todo, muchas ganas de ayudar.

-Ocupará la presidencia provincial de la organización durante los próximos cuatro años, ¿cuáles cree que serán los principales retos a los que tendrá que hacer frente?

-Cuando empezó la crisis económica Cruz Roja venía desarrollando una serie de proyectos y tuvo que multiplicar su esfuerzo por las peticiones de ayuda que iban llegando, y no precisamente de manera gradual. Hubo que moverse muy rápido, no podemos decirle a la gente 'vuelva usted mañana'. Qué pasará en los próximos años es difícil de saber. Ojalá pudiéramos bajar el pistón de las ayudas de emergencia. Lo que sí está claro es que Cruz Roja seguirá trabajando por estar cada vez más cerca de las personas. Ese es nuestro principal reto.

-¿Qué otros objetivos se plantea a corto y medio plazo?

-Como nuestro principal reto es estar cada vez más cerca de las personas, trabajaremos también para abrir nuevas oficinas o delegaciones en zonas de la provincia en las que ahora no hay, facilitando así la labor de nuestra red de asambleas locales.