El artista hebreo Matisyahu aseguró ayer sentirse utilizado como un "peón" por "conveniencia política" y reconoció que la decisión de no poder actuar en el Rototom fue "dolorosa", pero con su vuelta al festival "gana" la música y la libertad de expresión. "Siempre he creído en el poder de la música para unir a todas las personas, independientemente de la religión, la política o la geografía", afirmó quien en un inicio fue vetado por no pronunciarse contra Israel.