Es algo habitual que un paciente de alzhéimer no sea capaz de recordar qué desayunó esta mañana, pero narre con todo lujo de detalle la primera vez que fue con su padre al río a pescar cuando tan solo era un niño. La razón hay que buscarla en la zona del cerebro que primero resulta afectada en estos pacientes. "La zona del hipocampo que regula los nuevos recuerdos se ve muy alterada y por eso pueden recordar la infancia y no algo más reciente", señala el catedrático de Fisiología Humana de la Universidade da Coruña Javier Cudeiro.

Una opinión que comparten desde la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña (Afaco). "En las primeras fases de la enfermedad ya se ve alterada la memoria operativa, es decir, saber que hoy he quedado a tal hora en tal sitio, por ejemplo. Además, la memoria semántica, acordarse de capitales o provincias, también suele ser de las primeras que se pierden", explica el psicólogo Juan Bonome, quien asegura que es la memoria episódica -la relativa a hechos pasados de su vida- la que tarda más en perderse. "Son vivencias con una gran carga emocional y se recuerdan con más facilidad", explica mientras sostiene que el caso de la memoria procedimental (andar, vestirse, comer, escribir o leer...) depende tanto de cuándo se aprendió determinada tarea como de la frecuencia con la que se sigue realizando.

Desde Afaco trabajan todos los días con los pacientes para estimular los cuatro tipos de memoria y demorar la pérdida de recuerdos en cualquiera de ellas. "Para la operativa se trabaja con puzzles, para la semántica con ejercicios de cálculo, lectura, se recuerdan las provincias, por ejemplo", explica Bonome, quien añade: "También se charla sobre cuestiones generales como la escuela para que intenten recordar y explicar cómo era la suya y además realizan ejercicio físico".