Bajo el nombre Soyuz se incluyen aquellas naves y cohetes que desde la década de los 60 componen el programa homónimo emprendido por la Unión Soviética. En ruso, Soyuz significa unión. La razón de que el programa se denomine de esta forma radica en la misión de estas naves cuando viajan rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI): anexionarse al centro de investigación del espacio. Este orbita a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora y se encuentra a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra.

Ayer, una Soyuz despegó en una nueva expedición con tres tripulantes a bordo: el ruso Serguéi Volkov, el danés Andreas Mogensen y el kazajo Aidín Aimbétov. El cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, fue el lugar elegido para el despegue, que se realizó con ayuda de un cohete sin contratiempos cerca de las cuatro de la madrugada. El equipo enviado al espacio permanecerán ocho días en la EEI y regresará a la Tierra con un tripulante más, el ruso Guennadi Padalka, uno de los actuales seis inquilinos de la plataforma orbital.