Cinco siglos haciendo el bien por todo el mundo le valieron ayer a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios el premio Princesa de Asturias de la Concordia. Los misioneros Miguel Pajares y Manuel García Viejo, fallecidos ahora hace un año por ébola, pertenecían a esta orden que tiene 1.100 hermanos en 55 países con 400 centros de asistencia,

El jurado, presidido por el presidente del Principado Javier Fernández y formado por los patronos de la Fundación, otorgó el galardón por unanimidad. En el acta se subraya la "ejemplar labor asistencial desarrollada a lo largo de cinco siglos. Presente en más de 50 países, se centra, en los difíciles momentos que hoy vive el mundo, en cuestiones tan sensibles como la epidemia del ébola, las crisis migratorias y, en general, la protección de las personas mas desfavorecidas y en riesgo de exclusión". La orden fue fundada por Juan Ciudad -conocido como San Juan de Dios- nacido en Portugal en 1492 y fallecido en Granada, donde inició su labor asistencial, en 1550.

Matías Rodríguez Inciarte, presidente de la Fundación, comentó inmediatamente que "se testimonia la extraordinaria labor de cinco siglos de una institución que se vuelca ahora en nuevos problemas como el ébola o las migraciones". Inciarte destacó la lucha contra la exclusión y la satisfacción que producía a la Fundación la decisión del jurado.

Wenceslao López, alcalde de Oviedo, abundó en la idea, "es una elección muy acertada ya que los problemas migratorios están de plena actualidad".

El presidente Javier Fernández indicó que "había razones más que suficientes para el premio" y también recordó la labor contra el ébola o solucionando problemas de migraciones que desarrollan los hermanos de San Juan de Dios. José Oliu, presidente del Sabadell-Herrero, destacó que "es una orden que ha trasladado a nivel internacional la solidaridad que primero practicó en España". Por su parte, el empresario Antonio Suárez dijo que "es el mejor premio dado este año", mientras que la también empresaria Alicia Koplowitz afirmó que había sido "una elección fácil porque se merecen el premio" y el diplomático Fernando de Almansa puso a la orden como ejemplo contra la crisis.