Científicos británicos han hallado un nuevo monumento megalítico compuesto por 90 rocas en línea que se sitúa en las inmediaciones del mítico Stonehenge. Este descubrimiento se ha llevado a cabo gracias a un sofisticado radar que ha captado la presencia de estas piedras, enterradas a algo más de un metro bajo la superficie.

Cada roca tiene hasta 4,5 metros de altura, según publicó ayer The Daily Mail, y, en vez de formar un círculo como el Stonehenge original, se sitúan como una línea recta a lo largo de la zona suroriental de Durrington Walls, un asentamiento neolítico rodeado por una zanja y una especie de fortificación, el mayor del Reino Unido.

Uno de los arqueólogos responsables del hallazgo, Vince Gaffney, de la Universidad Bradford, explicó que las rocas encontradas ahora se volcaron "sin conocerse razón" y también se desconoce si la formación "formaba parte del complejo de Stonehenge o tenía una función por separado". "Creemos que era una especie de arena ritual. Estas cosas eran diseñadas para impresionar", señaló el investigador,