Luchan contra la explotación animal y por ello evitan la ropa de cuero o lana, los cosméticos cuya elaboración no sea 100% vegetal y eliminan de su alimentación cualquier producto de origen animal como la carne, la leche, los huevos o la miel. Son los veganos, un colectivo que no deja de aumentar en los últimos años. Pese a que no existen datos oficiales, desde la Unión Vegetariana Española revelan que en una encuesta del Gobierno de 2011 casi dos millones de españoles aseguraban no comer nunca ni carne ni pescado. "Nosotros creemos que la cifra de vegetarianos es algo más elevada y de ellos, casi la mitad serían veganos", explica el presidente de esta entidad, David Román, quien resalta que ser vegano es un modo de vida que va más allá de la alimentación. "Es una actitud ética", afirma.

Detrás de una vida vegana hay tres objetivos básicos: respetar a los animales, el medio ambiente y optar por una dieta lo más saludable posible. Mientras los vegetarianos rechazan la carne y el pescado para evitar el sacrificio de estos animales, los veganos van más allá y rechazan cualquier producto derivado de ellos. "El objetivo es evitar la explotación del animal. Para que una vaca dé leche, la industria le provoca embarazos continuados, le retiran los terneros y si un día ya no produce, la sacrifican, estos animales no se jubilan en el campo", sostiene David Román de la Unión Vegetariana Española.

Una opinión que comparte la Asociación Vegana Española, que a través de su web explica los motivos de este colectivo: "La mayoría de animales que se crían para satisfacer la demanda de carne, leche y huevos provienen de explotaciones masivas, donde no se respetan sus necesidades básicas, sufren mutilaciones y malos tratos en unas condiciones de hacinamiento total con el objetivo de sacar el máximo rendimiento posible".

Un modo de crianza que, aseguran, también perjudica al medio ambiente. "Una gran parte de los problemas medioambientales deriva de la cría de 1.300 millones de animales en explotaciones ganaderas que ocupan el 24% de la masa terrestre del planeta. En América central y del sur, por ejemplo, se han destruido millones de hectáreas de selva tropical para aumentar las áreas de pastizales", indican desde la Asociación Vegana. Pero también hay quienes, pese a respetar esta ideología, realmente se convierten en veganos por una cuestión de salud. "Yo no soy animalista, pero me hice vegano hace 18 años principalmente porque considero que no solo no es necesario consumir productos animales, sino que es más saludable no hacerlo", señala David Román.

Verduras, frutas, legumbres, cereales y frutos secos componen la dieta de los veganos, una alimentación que, según los médicos, hay que vigilar en extremo ya que eleva el riesgo de sufrir carencias de algún nutriente. "En el caso de los vegetarianos es más fácil lograr que la dieta sea equilibrada, pero los veganos, al excluir los lácteos y los huevos, pueden tener más problemas", explica el endocrino del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) Fernando Cordido, quien cree que es posible que sea una dieta equilibrada, pero necesita mucho más "control" que la tradicional.

El principal problema de los veganos es el déficit de vitamina B12 que solo se adquiere a través de productos animales. "La falta de esta vitamina puede conllevar varios tipos de anemia o problemas neurológicos. Es algo serio", explica este doctor que aclara que normalmente los veganos deben tomar suplementos de esta sustancia. "Además, este colectivo también puede presentar déficit de calcio y vitamina D, de ácidos grasos, de hierro o de proteínas", explica y añade: "Deben informarse bien sobre nutrición para consumir alimentos que les aporten estos nutrientes para evitar problemas en los huesos, por ejemplo". "El brécol, la calabaza, la soja y el tofu, por ejemplo, tienen mucho calcio y combinar legumbres con cereales aporta proteínas", explica este facultativo, quien además derriba falsos mitos del veganismo como que la leche de vaca no es apta para el ser humano. "No hay estudios científicos que demuestren esto, es cierto que la leche puede provocar intolerancia, pero yo soy un gran defensor de la leche, es el único alimento que se puede tomar en exclusiva -durante la lactancia- y no presentar carencias nutricionales", sostiene Cordido.

Desde la Unión Vegetariana Española aluden, sin embargo, a estudios de sociedades científicas como la Asociación Americana de Dietética, la Sociedad Americana contra el Cáncer o la Fundación Canadá del Corazón en los que se revela que las dietas vegetarianas "adecuadamente planificadas son saludables y nutricionalmente adecuadas y además, ayudan a prevenir determinadas enfermedades". Desde el colectivo de veganos sostienen que se trata de una alimentación "variada y equilibrada" -aseguran que el único problema es la vitamina B12- siempre y cuando se realice correctamente. "Si es variada no hay problemas, es apta para cualquier etapa de la vida, incluidos niños y deportistas de élite, pero claro si es una dieta a base de patatas, refrescos y pizza no es equilibrada", sostiene David Román.

Desde el Chuac, el endocrino Fernando Cordido también alaba las ventajas de este tipo de dietas: "Es rica en fibra, en ácido fólico, potasio, baja en grasa, evita el colesterol... y esto hace que en los últimos años ante los problemas de obesidad o diabetes, cada vez más gente opte por estas dietas vegetarianas", señala este endocrino del hospital coruñés.

El colectivo de veganos reconoce que en los últimos años se han dado grandes avances tanto en el reconocimiento social de este modo de vida como en la oferta de productos aptos para ellos. "Hace 15 años poca gente sabía lo que era ser vegano y a los vegetarianos se nos ridiculizaba, se pensaba que éramos cuatro hippies que vivíamos en el campo", señala el presidente de la Unión Vegetariana Española, David Román, quien añade: "Ahora ya no se nos ve como bichos raros aunque todavía hay ciertos prejuicios. Contra ellos hay que luchar con información, explicando que no tenemos carencias de hierro, ni de calcio".

Una idea que comparte María José Tercero, coruñesa vegana desde hace más de una década y cree que aún falta concienciar más a la población para "normalizar" el veganismo, "especialmente en Galicia, donde hay una gran tradición de carne".

La oferta de productos para este colectivo también ha mejorado en los últimos años. "Antes encontrar zapatos que no fueran de piel era casi imposible, hoy en cualquier comercio hay sintéticos", explica David Román, quien reconoce que lo mismo ocurre en supermercado. "Desde hace cinco o siete años ya hay productos lácteos de soja, por ejemplo, de forma habitual en cualquier supermercado", indica y resalta que a los veganos les toca prestar mucha atención al etiquetado para evitarse sorpresas y productos no aptos para su alimentación en artículos que a priori no deberían incluirlos. "Hay que tener cuidado porque hay derivados lácteos en la bollería, en galletas, productos horneados o incluso el embutido", señala Román, quien sostiene que entre las tareas de la Unión de Vegetarianos está expedir unos certificados de vegano a aquellos artículos que acrediten ser aptos para este colectivo. "Esto simplifica mucho la compra", sostiene. El veganismo está en auge y solo en A Coruña ya existen desde establecimientos de comida vegana para llevar hasta la opción de disfrutar de un helado, una tarta o un brownie sin productos de origen animal.