Un total de 398 coruñeses cotizan a la Seguridad Social como cuidadores no profesionales de una persona dependiente, una cifra que sitúa a la provincia como la séptima con mayor número, solo superada por Barcelona (1.360), Murcia (701), Madrid (677), Málaga (508), Valencia (412) y Sevilla (411), según los últimos datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), correspondientes al 31 de agosto. A Coruña se mantiene en el top ten estatal pese a que la cifra de este tipo de cuidadores se ha desplomado en los últimos años -un 80% desde 2010 cuando había 2.328 coruñeses dados de alta- debido a los recortes que las administraciones han ejercido sobre esta figura: el Gobierno bajó un 15% la paga que reciben los cuidadores y dejó de sufragarles la cuota de la Seguridad Social.

Galicia siempre fue una de las comunidades con mayor número de cuidadores dados de alta en la Seguridad Social y pese al fuerte descenso experimentado -llegó a haber 15.000 personas que cotizaban por el cuidado a dependientes familiares o allegados y ahora sólo son 1.176- se mantiene como la tercera comunidad con mayor número de personas que recibe una paga por estas funciones, solo por debajo de Andalucía (2.420) y Cataluña (1.940). A Coruña concentra uno de cada tres cuidadores de este tipo en la comunidad (398), seguida de Pontevedra (333), Ourense (236) y Lugo (206).

La opción de cotizar por el cuidado de dependientes entró en vigor en el año 2007 y rápidamente fueron muchos los gallegos que decidieron oficializar una tarea que hacían con familiares o allegados desde años y que de este modo les permitía cotizar a la Seguridad Social y cobrar una ayuda de 487 euros al mes. Quienes se dieron de alta recibieron un curso de formación de la Administración que en aquel entonces quería construir una red de cuidadores organizada, con derechos laborales y que tuviese los conocimientos adecuados para realizar correctamente su trabajo.

Sin embargo, los constantes ajustes presupuestarios y la necesidad de crear empleo a través de servicios profesionales ha dado un giró de 180 grados a la situación. Tanto el Gobierno central como la Consellería de Benestar apuestan ahora por la prestación de servicios (residencias, centros de día, atención a domicilio) profesionales antes que dar ayudas económicas para que un familiar cuide al dependiente en su domicilio.

Además, los recortes realizados sobre estos cuidadores no profesionales han provocado que cada vez sean menos quienes opten por esta vía. El Gobierno redujo un 15% la paga mensual que recibían y desde enero de 2013 son los propios cuidadores quienes tienen que pagar su cuota a la Seguridad Social si quieren seguir cotizando.

La caída de cuidadores dispuestos a pagar más de cien euros por su cuota para poder cotizar ha sido generalizada en todo el país desde entonces. Basta con consultar los datos del Imserso. Si en 2010 había dados de alta más de 99.900 cuidadores, cinco años después, la cifra apenas rebasa los 11.000. Y el número seguirá disminuyendo en la comunidad gallega ya que la Xunta anunció a principios de este mes que habrá nuevos recortes en la ayuda mensual que reciben estos cuidadores. Este descenso solo afectará a los nuevos beneficiarios con el objetivo de que opten mejor por los servicios.