Parte de su propia experiencia y de lo vivido en sus 42 años para aconsejar en un libro a padres de niños con alguna discapacidad sobre cómo educarlos y sobre todo qué errores no deben cometer en su crianza para no limitar su desarrollo y autonomía personal. Pablo Pineda - el primer europeo con síndrome de Down que finalizó una carrera, protagonista de la película Yo también y presentador del programa Piensa en positivo de La 2 - acaba de publicar el libro Niños con capacidades especiales. Manuel de padres que ayer presentó en la Fundación María José Jove de A Coruña, una obra en la que también da consejos a los hijos: "Que paseen su condición con orgullo por la calle, que no se acomplejen y sobre todo que sepan que pueden hacer todo lo que se propongan".

-¿Cuál es el objetivo de este manual para padres?

-Lo primero es que los padres de niños con capacidades especiales tengan en cuenta que tienen un hijo, no un discapacitado y que a partir de ahí sepan que lo que tienen que hacer es educarlo, no cuidarlo ni sobreprotegerlo. Hay que estimular sus capacidades, sus posibilidades...

-¿Hay una tendencia a sobreproteger a los hijos con alguna discapacidad?

-Sí, existe un paternalismo y una sobreprotección que hace que se les trate siempre como si fuesen niños y esto provoca que de adultos se comporten como niños, hagan chiquilladas y tengan conductas inapropiadas. Hay que educarles en habilidades sociales, que desde pequeños interactúen en la calle... Además hay la falsa creencia de que no pueden aprender o ser educados, de que su inteligencia es estática cuando no es así, la inteligencia es dinámica.

-En el libro también analiza la vida en pareja de este colectivo, ¿es un tema tabú para muchos padres?

-A los padres les da miedo, piensan que es algo perjudicial pero tener pareja es algo muy importante porque el amor no es algo que se extienda sólo a los padres, las personas con síndrome de Down tienen una gran capacidad para amar y tienen derecho a tener una pareja. Es algo que les resalto a los padres en el libro, es un derecho y los padres no lo deben ver como que se acaba el mundo sino como una nueva etapa de su hijo en la que se convierte en más independiente. El objetivo es que esto se vea con normalidad, como una etapa más.

-Otro temor de muchos padres es el futuro, cuando ellos no estén...

-Sí, no hay que obsesionarse con el futuro hay que pensar en el presente y trabajar en el presente para el futuro. Pensar qué va a ocurrir dentro de 20 años lo único que lleva es a una angustia permanente. Hay que trabajar en el día a día mediante la estimulación desde el minuto uno de vida para que sean lo más autónomos posible.

-Basa el libro en parte de su experiencia, ¿sus padres no cometieron estos errores?

-Hablo desde la experiencia que he vivido con mis padres, mis profesores e intento dar consejos para todas las etapas de la vida: desde la adolescencia, la juventud hasta cuando los hijos sean mayores. En mi caso, mis padres no fueron nada sobreprotectores, al contrario, fueron muy exigentes, tienen mucha inquietud cultural y al ser el pequeño de cuatro hermanos quisieron que fuera igual que el resto. De hecho, aún ahora con 42 años me siguen dando mucha caña, no quieren que me relaje para que no me estanque, sea lo más autónomo posible y eso es porque confían en ti.

-En el libro también hay consejos para los hijos, ¿qué le recomienda a cualquier persona de capacidades especiales?

-A los hijos les digo que paseen su condición con orgullo por la calle, que no se acomplejen ni se dejen acomplejar y que no se comparen con nadie porque cada uno es único. Que sepan que pueden hacer lo que quieran si se lo proponen. Yo, por ejemplo, hice una carrera pero porque quise, lo ideal es desarrollar el cerebro ya sea en una carrera, una FP o en un trabajo. Hay que tener una actitud positiva, ser optimista y buscar el sí porque el no ya lo tienen.

-¿Cómo ha avanzado la integración social de este colectivo?

-Se ha avanzado mucho en los últimos años, pero queda muchísimo por hacer a nivel afectivo, de la sexualidad, en la inserción laboral, en lograr que sean independientes... El problema es que siempre tenemos que estar demostrando que valemos, a lo largo de toda nuestra vida. La sociedad avanza de forma muy lenta, hay que darle empujones para avanzar.