El Ministerio de Sanidad considera tallas especiales aquellas que superan la 48, pero en la práctica encontrar ropa moderna y de última tendencia más allá de la 42 era misión imposible hasta hace poco. En los últimos años, sin embargo, parte de la industria ha decidido apostar por la bautizada como moda curvy. Grandes cadenas comerciales de ropa o firmas como Ralph Lauren, Calvin Klein o Adolfo Domínguez han lanzado colecciones para tallas grandes y modelos como Ashley Graham, con una talla 44, triunfan en pasarelas de todo el mundo como la Semana de la Moda de Nueva York. Eso sí, quienes usan tallas grandes reconocen que "todavía queda mucho por hacer" hasta llegar a la situación ideal: que todas las tiendas amplíen su tallaje y que tener unos kilos de más no obligue a comprar en locales o líneas especiales. "Se ha avanzado mucho porque ahora las personas de tallas grande pueden comprar en tiendas low-cost, aunque casi siempre de forma online, pero queda mucho para normalizar la situación y que el abanico de tallas sea más amplio en cualquier tienda", señala la coruñesa Irene Medín, autora del blog La gordita presumida.

Hace unos años era impensable que modelos con una talla superior a la 42 compartiesen pasarela con las modelos tradicionales que, en muchos casos, no llegan ni a la 40. Pero desde que hace unos años empresas estadounidenses como Ralph Lauren y Calvin Klein lanzasen colecciones plus-size, la moda curvy pisa firme sobre la pasarela y rompe con el canon de belleza establecido hasta ahora. Un claro ejemplo es Ashley Graham, de 28 años y más de 70 kilos, que hizo historia al ser la primera modelo de talla grande en protagonizar una campaña de bikinis para la revista Sports Illustrated y que acaba de desfilar en ropa interior en la Semana de la Moda de Nueva York que se celebró este mes. Pero no es la única. La australiana Robyn Lawley ha sido portada de Vogue o Elle, Candince Huffine protagonizó el Calendario Pirelli y la española Eva María Pérez ha desfilado para diseñadores como Elena Miró y fue portada de Interviú. Todas ellas superan la talla 42.

Una visibilidad sobre las pasarelas que se traduce en mayor oferta para este colectivo en las tiendas. "Hasta hace poco la única opción en talla grande era ir a tiendas especializadas que sólo tenían ropa de señora, que no cambiaba mucho de una temporada a otra y que solía ser cara. Igual una camiseta te valía 40 euros", señala Irene Medín, quien reconoce que la llegada a A Coruña de cadenas de ropa internacionales y sobre todo la venta online es lo que ha revolucionado el sector y ha permitido que el armario de muchas mujeres de talla grande nada tenga que envidiar al del resto de ciudadanas.

Grandes cadenas presentes en A Coruña como H&M o Mango cuentan con sus propias líneas para tallas grandes -en el primer caso cuenta con todo tipo de prendas (pantalones, abrigos, blusas o vestidos) en tallaje de la talla 44 a la 54 mientras que Violeta by Mango va destinado a tallas de la 40 a la 52 (recibió críticas por considerar la talla 40 como tallaje especial- mientras que otras firmas tienen de forma habitual un tallaje más amplio. Es el caso de Primark (donde en algunos productos puede encontrarse hasta las tallas 50 o 52), o Kiabi y C&A (su ropa llega hasta la 46 y tienen línea de tallas grandes). Sin embargo, la oferta realmente se dispara cuando se opta por la compra online. Marcas como Asos, MSMode o La Redoute permiten comprar prendas de última tendencia en talla grande a través de sus páginas web.

La cosa cambia cuando se analizan qué diseñadores ofrecen moda para mujeres de tallas grande. A nivel europeo, la italiana Elena Miró fue la primera en crear ropa para este colectivo -ahora tiene 53 tiendas en toda España- y a nivel estatal, el gallego Adolfo Domínguez fue el gran precursor al lanzar una línea especial -Adolfo Domínguez+- bajo el lema de Cualquier línea es bella si me lleva a ti que ofrece prendas de la talla 42 a la 56.

Pese a los avances de los últimos años, para quienes utilizan prendas de las llamadas tallas grandes, los deberes no están hechos ni muchísimo menos. "La industria de la moda tendría que ampliar el tallaje y el Gobierno debería obligarles a hacerlo. Más tallas y que sean todas iguales", señala la bloguera Irene Medín, quien cree que con esta actitud las firmas de moda no sólo discriminan a quienes tienen unos kilos de más.

"La industria se dirige sólo a un público delgado y se olvida de adolescentes que no entran en una 42 pese a no estar gorditas o mujeres de 1,80 metros y de caderas", resalta.

Pero esta situación parte ya de un problema de base al no estar claro qué se considera una talla grande o especial. Hasta el año 2007, el Ministerio de Sanidad consideraba tallaje especial todo lo que superase la 46, pero ese año tras realizar un proyecto para estudiar las medidas más habituales de los españoles y unificar el tallaje -algo que nunca llegó a trasladarse a las tiendas- decidió ampliarlo hasta la 48. Sin embargo, para la mayoría de tiendas las tallas especiales son a partir de la 42, al igual que para los certámenes de belleza. Más allá de números, sin embargo, el reto está en que encontrar cualquier talla en cualquier tienda no sea una utopía.