Hace un siglo varias aldeas de Camariñas concentraban el 90% de palilleiras de Galicia, una artesanía de encajes hechos con bolillos en pleno auge y que dedicaba la mayor parte de su producción a la exportación, sobre todo a Cuba, Argentina, Uruguay, Puerto Rico y Estados Unidos. Así lo asegura Rafael Lema en una investigación, en la que otorga a la palilleira Concepción Rodríguez, una de las pocas que se escapó de anonimato, el título de encajera del Titanic. Y es que una caja de sus labores se hundió un 14 de abril de 1912 en el célebre transatlántico, cuando viajaba rumbo a América.

Este hecho está avalado por la propia Fundación Titanic: "Una caja de encajes de Camariñas era la única mercancía española que viajaba a bordo de las bodegas del Titanic, dirigida, vía Nueva York, a su representante en Los Ángeles, el cual, ante la tardanza de la factura que le permitiría recoger la mercancía en la aduana del puerto de Nueva York a la llegada del buque, escribió una carta "temiéndose lo peor, es decir, que viajasen a bordo del Titanic que naufragó...".

Ahora y gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Camariñas, la Fundación Titanic incluirá en su nueva exposición Titanic The Reconstruction, que se está terminando de construir en el Parque de las Ciencias de Granada, la réplica, a tamaño real, de varias de las bodegas de carga del buque de los sueños y, en una de ellas, se mostrará una caja con encajes originales. También en una vitrina, encajes ya finalizados y unos guantes confeccionados con esos mismos encajes.

La ambientación de la bodega de carga se completará con unos embalajes de madera, iguales a los que viajaban en el Titanic, que han sido construidos y ambientados por la empresa guipuzcoana Embalajes Bereciartua, que también ha fabricado el embalaje especial de la obra de arte El Sueño del Titanic y las cajas donde se transportaban los dos automóviles que también se mostrarán en la misma exposición