Acción contra el Hambre y Save the Children denunciaron ayer que cada día mueren en el mundo 8.500 niños a causa de malnutrición, durante la presentación del segundo Informe Mundial de Nutrición coordinado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (Ipfri), impulsado por ambas organizaciones y en el marco de la conmemoración, mañana, del Día Mundial de la Alimentación.

El responsable de Salud y Nutrición de Acción contra el Hambre, Antonio Vargas, afirmó que "en 2013, cerca de seis millones de niños fallecieron por causas prevenibles relacionadas con la salud, de las cuales, 3,1 millones fallecieron por causas asociadas con la malnutrición". Además, del informe se desprende que un total de 161 millones de menores sufren raquitismo, enfermedad propia de la infancia, producida por una mala alimentación.

Vargas señaló que "hay noticias para el optimismo" ya que "hoy hay 96 millones de niños menos con desnutrición crónica que hace 25 años y en solo un año 15 países más podrían cumplir con los objetivos de reducción de la desnutrición marcados para 2025 por la Asamblea Mundial de la Salud", aunque añadió que "los avances podrían ser mucho más rápidos".

Respecto a los datos que se desprenden del informe sobre la situación de España, Vargas explicó que "no hay ningún menor que muera por desnutrición crónica en España" aunque se registró "un aumento de sobrepeso y de obesidad, y un incremento evidente sobre enfermedades relacionadas con el sobrepeso infantil". "Hay que seguir con especial atención el aumento de la obesidad, una nueva amenaza para la salud nutricional de la que no se salva ningún país en el mundo", afirmó.

El director de Cooperación Internacional de Save the Children, David del Campo, indicó que "al igual que hay una preocupación sobre las películas que ven los menores o sobre que los juguetes sean seguros, hay una desatención sobre lo que comen y sobre las consecuencias de su alimentación". Además, subrayó que "la obesidad infantil es uno de los mayores retos que tiene, no solo los países desarrollados, también los países en vía de crecimiento importante". "Cuando hablamos de obesidad infantil, estamos hablando de anticipar diabetes, anticipar problemas cardiovasculares y una serie de problemas que convierten a un niño de siete años en uno de 25", aseguró.

El informe, realizado por un grupo de expertos independientes, pone de relieve la necesidad de que los gobiernos de los países en desarrollo multipliquen por dos su financiación de intervenciones específicas en nutrición y pide a los países de la OCDE que multipliquen por cuatro esta inversión, financiando concretamente el paquete básico nutricional, que contiene diez intervenciones clave como la promoción de la lactancia exclusiva hasta los seis meses, la suplementación con vitamina A o zinc a niños o el tratamiento comunitario de la desnutrición aguda severa.