El reconocido científico británico Stephen Hawking recorrió ayer con su equipo los jardines del Pazo de Rubiáns, en Vilagarcía de Arousa, los únicos de carácter privado que cuentan con la calificación de Excelencia Internacional. La visita de este físico teórico y astrofísico de renombre internacional a esta histórica propiedad de Paloma Rey Fernández-Latorre, Marquesa de Aranda y Señora de Rubiáns, se enmarca en un crucero de turismo que hizo escala en Vigo.

Hawking optó por conocer los históricos jardines del Pazo de Rubiáns de estilo francés e inglés, revelando así su gran pasión por los jardines y la botánica. La visita de ayer es la segunda que realiza a tierras gallegas, ya que en octubre del año pasado estuvo en A Pedra, en Vigo.

Stephen Hawking estuvo acompañado en su visita a Rubiáns por un equipo de ocho personas que trabajan permanentemente con él. Los excursionistas llegaron a las once de la mañana e iniciaron el recorrido guiado por los jardines de estilo francés en los que predominan las camelias. Las explicaciones estuvieron a cargo del ingeniero agrónomo del pazo Guillermo Hermo.

El insigne científico británico pronto descubrió unos enormes magnolios grandiflora que llamaron su atención porque superan en porte a los tres ejemplares que tiene plantados en su casa. Así lo comentó con gran sorpresa el científico británico.

La transición entre los jardines de estilo francés e inglés que engalanan el pazo de Rubiáns está marcada por numerosos árboles de gran riqueza botánica e histórica. En estas tierras, además de la excelente plantación de camelias, con más de 4.000 ejemplares de más de 800 variedades diferentes, pueden apreciarse magnolios, calocedros, criptomerias, eucaliptos, alcanfores, fresnos, araucarias, robles y alcornoques, entre otros.

Hawking y su equipo también visitaron la plantación de albariño del pazo, que destaca por sus viñedos en espaldera, y completaron el recorrido haciendo una incursión guiada por los salones del señorial edificio que data del siglo XV. Para finalizar la visita de dos horas, la comitiva degustó en la bodega vino Albariño y productos cultivados en el pazo. El científico confesó su enorme sorpresa por descubrir este patrimonio en Galicia, con el que no la asociaba y alentó al equipo técnico del pazo para que continúe con la promoción y difusión de sus atractivos para que sean de conocimiento público más allá de Galicia.