Photoshop. Anda Inma Cuesta enfurruñada porque le han retocado unas fotos. Y tiene razón. El Photoshop está pasado de moda. Ahora lo más es llevar el retoque incorporado, puesto en uno. Los programas digitales no dejan de ser la versión 3.0 de la legendaria media con la que Saritísima hacía cubrir el objetivo de la cámara. Una pionera. En eso, en la conquista de Hollywood -se siente, Penélope, Bardem, Antonio, Anita Obregón y Sonia Monroy- y en traerse un cubano varias décadas más joven. El único riesgo es que, en un exceso de celo, se produzca una sobredosis. Photoshop sobre Photoshop. Ya pasa en las portadas de Isabel Preysler y Carmen Martínez Bordiú, por ejemplo. Suerte que María Teresa no abusa de estos filtros. Y no será por falta de solicitudes, que en su programa abundan los revivals humanos. Ahí está Camilo para atestiguarlo. Un "monstruo", deslizó la mamá de Terelu. Se ve que lo decía como Rosario a los cantarines, en plan qué bien, qué grande, pero sonó ambiguo. Mª Teresa es larga. A su propia hija le soltó una vez "estás genial con el Photoshop que te has hecho esta tarde". Y algún despistado pensó que iba en serio. Como Camilo.

Madres. La irrupción de la supuesta madre biológica de Chabelita ha revolucionado el gallinero nacional de madres por excelencia. Dicen que no viene buscando una hija, sino un reality. Así son las mamás de última generación, carne de telerrealidad: véase Maite, la progenitora última creación de Gran Hermano o la mujer que trajo al mundo a Aída Nizar, por citar dos casos con conexión directa con las alturas. O las madres de todas las madres: Belén Esteban y Rosa Benito. La última, que había prosperado y andaba de bolos con su hija, la artista antes conocida como Chayo Mohedano (¿o no fue nunca conocida?), prepara regreso. Por apreturas económicas. Como todas las madres mediáticas. Naturales o no.

Humbert. Humbert Humbert. Así lo bautizó Nabokov. Según la leyenda todos tenemos en algún lado un doble que lleva una vida paralela a la nuestra. Queremos pensar que el doppelganger de Humbert Humbert no es, en versión castiza, el papá de Jesulín. Que su sosias patrio no es un tigre de Ambiciones venido a menos, yacente, hospitalizado, fracturado. Porque Humberto habrá tenido lo suyo, lo del tigre, lo de los negocios, pero no ha traspasado nunca los límites. Solo ha tenido mala pata, dicho sea sin intención. De haberse roto un molar, la odontóloga de la familia, con título de la universidad Cespu de Oporto, podría haberse hecho cargo. Cuidar de la sonrisa del abuelo de la hija de Belén Esteban siempre dará publicidad. O una exclusiva, aunque sea.

Inteligencia sexual. La inteligencia sexual no es un invento de Mariló. La iS, por sus siglas, es algo que manejan psicólogos, psiquiatras e investigadores. Por tener, tiene hasta unidades de medida y test, siendo 90 o más puntos un coeficiente erótico excelente, entre 80 y 89 bueno, de 70 a 79 en la media, la franja 60-69 baja y con menos de 60 la costa ya está fatal. Mariló, la que frecuenta la Zarzuela, se sale. Es una superdotada. Como Bertín, aunque él no le haya puesto nunca nombre científico. Mª Dolores es maxi-inteligente. Sexualmente hablando. Algo que va con la naturaleza. Parecido a la edad psicológica-mental, por la que la mujer 10, desde el top de la iS, interrogó a Ana Obregón un día. No obtuvo respuesta. Debió preguntar por el coeficiente. Sexual.

Planeta. ¿Podría, pongamos por caso, Cristina Pedroche ganar el premio Planeta? Oiga, y por qué no. Si Belén Esteban firma bestsellers y Jorge Ja se sube a los escenarios como las vedettes. Si los premios Nobel ahora se encuentran en el revistero. Si un galán de cine puede plantar a una duquesa y los políticos se pasan el día bailando. El bulo corrió como pececillo atrapado en las redes durante horas. Igual la presentadora se merecía el galardón literario. Pero, de momento, no se la conoce por su faceta literaria. Es más bien conocida -provisionalmente- por un deshabillé que lució para dar la campanada, digo las campanadas, por preguntar mirando a cámara "¿nunca habéis visto dos tetas?" o por anunciar que se casará en vaqueros. Cosas así, entre otras. Es verdad que acudió a la gala de la cultura en calidad de algo. Sin embargo, según propia confesión, "me ha sorprendido leer que me situaban en las quinielas? como no me den el Planeta por mi blog". Ya les digo que por eso no. Pero también dijo una vez, antes de ennoviarse con el chef de la cresta, que "escribir un libro para encontrar novio es lo único que me queda por probar". Igual el rumor empezó ahí. Otras lanzan cremas.