Si es porque no tienen dinero por los problemas de la matriarca con Hacienda, que Telecinco les regale un par de teléfonos con tarifa plana. Es la solución para lograr que María Teresa Campos y Terelu hablen de sus cosas en privado.

Así, cuando vayan a trabajar a ¡Qué tiempo tan feliz!, podrán hacerlo sin enviarse mensajes personales ante toda España. Y, claro, sin ponerse a llorar por lo tristes que son esos mensajes y lo triste que es tener que hablar de sus cosas ante toda España.

Si es porque no tienen guionistas, que Telecinco contrate uno. Es la solución para lograr que madre e hija no se vean obligadas a rellenar el enorme vacío de ¡Qué tiempo tan feliz! contando su vida y llorando semana tras semana porque no hay un guionista que les diga lo que tienen que hacer para poder ganarse la vida dignamente ante toda España.

Si es porque Terelu no tiene un Sálvame deluxe para ella sola, que Telecinco le regale uno a la chiquilla. Es la solución para que madre e hija puedan centrarse en presentar cada una su programa y dejen de promocionar a la niña usando ¡Qué tiempo tan feliz! de escaparate de lo que la zagala sabe hacer y de lo dispuesta que está la familia a poner su vida privada al servicio de la bestia. A ver, si no, con qué motivo tienen ese empeño en contar sus cosas y llorar, sus penas y llorar, sus alegrías (cumpleaños de la niña incluido) y llorar. Que una falte al programa por motivos personales pero llame en directo para aumentar la intensidad del momento, que una mande un dramático mensaje en directo a la otra y la segunda conteste pizpireta desde una revista del corazón son valiosas piruetas que la cadena debería premiar ante toda España.

Si es porque ¡Qué tiempo tan feliz! no tiene un nombre afortunado, que Telecinco lo cambie. Es la solución para que, ya libres de la tiranía de palabra "feliz", las dos lloren hasta deshidratarse. Lo que no puede ser es que justo cuando visita el programa la momia operada de Camilo Sesto, allí no haya llorado nadie ante toda España.