Sus apariciones públicas se cuentan con los dedos de una mano y más allá de algún paseo en familia por el centro de la ciudad de A Coruña y el día de su boda, las únicas imágenes que suelen captar los fotógrafos de la hija menor del fundador de Inditex se producen cuando participa en alguna competición hípica, una de sus principales aficiones. Por ello, sorprendió que el pasado jueves Marta Ortega acompañase a su madre, Flora Pérez, en la firma del convenio que la Fundación Amancio Ortega suscribió con el Sergas para destinar 17 millones de euros a la renovación de aparatos oncológicos. Hasta entonces, Flora, vicepresidenta de la entidad, había sido siempre la encargada de la familia en representar a la Fundación en cualquier acto. Pese a que en esta ocasión también fue ella quien firmó el convenio en compañía del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y representantes del Sergas, Marta siguió el acto desde primera fila y charló animadamente tanto con Feijóo como con otros asistentes tras la firma del acuerdo.

Marta Ortega forma parte del patronato de la Fundación desde este año, pero no fue hasta esta semana cuando se estrenó como embajadora de la entidad que preside su padre. La joven, que lució un conjunto de dos piezas en blanco con botines marrones y el pelo suelo, no quiso perderse la firma del convenio por la que la Fundación destina 17 millones de euros a la renovación tecnológica en los centros de diagnóstico y tratamiento oncológico del servicio sanitario público gallego. En concreto, se trata de nuevos mamógrafos digitales y equipo de radioterapia de última generación y que comenzarán a instalarse de forma inmediata.

No es la primera vez que la Fundación Amancio Ortega colabora con el Sergas. La entidad también contribuyó con un millón de euros a la dotación del Centro Tecnológico de Formación de la Xerencia de Xestión Integrada de A Coruña, un centro en el que tanto los futuros licenciados en Medicina como médicos de toda la comunidad se forman en nuevas técnicas quirúrgicas gracias a la última tecnología como simuladores, aparatos que responden como lo haría un paciente pero que les permite ensayar nuevas técnicas sin riesgos.

La Fundación Amancio Ortega nació en el año 2001 con el objetivo de "poner en marcha proyectos para favorecer el desarrollo de las personas". Por ello, su ámbito de actuación no se ciñe únicamente al sanitario. También tiene una gran presencia en proyectos educativos. La entidad cuenta con dos programas de becas, dirigidas a alumnos de 4º de ESO para que cursen primero de Bachillerato en Canadá o EEUU (hay 250 plazas anuales para cada país). A ello se suma el convenio firmado con la Xunta en 2012 por el que financiará la construcción de nueve escuelas infantiles en A Coruña, Cambre, Melide, Ferrol o Lugo, entre otros.

Por otra parte, la Fundación se ha caracterizado desde sus inicios por apoyar a entidades sociales que ayudan a los colectivos más desfavorecidos. En esta línea se enmarca la ayuda de 40 millones de euros que recibió Cáritas. En octubre de 2012, esta entidad recibió 20 millones de la Fundación Amancio Ortega para el programa de ayuda y atención primaria (destinado a apoyar las necesidades básicas de las familias). En noviembre del pasado año, la entidad renovó su colaboración al aportar otros 20 millones para la misma causa. La Federación Española de Bancos de Alimentos también recibió cuatro millones de euros de la entidad que preside Amancio Ortega mientras también invirtió 30 millones en la construcción de la nueva sede de la institución benéfica Padre Rubinos en A Coruña.

Los proyectos de esta entidad traspasan las fronteras españolas ya que la Fundación colabora en un proyecto de formación de técnicas agrícolas en las tierras altas del sur de Tanzania. La entidad aporta los recursos necesarios para crear una cooperativa agrícola y una plataforma de tratamiento de la producción agrícola.