El papa Francisco se encontró ayer con 5.000 gitanos en el Aula Pablo VI del Vaticano y pidió que terminen los prejuicios contra esa etnia, pero también les invitó a no dar ocasión para que se hable mal de ellos. El encuentro del Papa con los gitanos, entre los que había 400 españoles, fue organizado por el Pontificio Consejo de los Migrantes e Itinerantes en ocasión del 50 aniversario de la considerada histórica visita de Pablo IV a un campo de gitanos en Pomezia, a las afueras de Roma.

La ocasión se convirtió en un encuentro en el que los asistentes vivieron con gran emoción la presencia del Papa, sobre el que se abalanzaron para saludarle a su paso por el pasillo central, y por su parte el Pontífice argentino pudo apreciar las canciones y bailes que pertenecen a las diferentes culturas del pueblo gitano.

"Ha llegado el tiempo de erradicar los prejuicios seculares, recíprocas desconfianzas que a menudo son las bases de la discriminación, del racismo y de la xenofobia", les dijo el Papa. Pero Francisco también implicó a los gitanos para que hagan todo de su parte para construir "lazos de fraternidad" e "integrarse en la sociedad". Les indicó que para ello deben evitar "todo lo que no es digno de este nombre, como la falsedad, el fraude y los enredos y las trifulcas". "No deis a los medios de comunicación y a la opinión pública ocasión para hablar mal de vosotros", les pidió el Papa.