El filósofo Emilio Lledó, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015, ha lamentado este viernes el deterioro de las Humanidades, una "oscuridad" que puede llevar al género humano a "no superar la ignorancia".

Durante su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2015, el filósofo ha dibujado el que, para él, es "el cielo ideal de las humanidades", un espacio en el que el bien, entendido como excelencia, virtud y conciencia moral, surge y evoluciona "desde el cobijo del clan familiar" y en el que el mundo se va conformando gracias a una "luz interior nacida en el corazón del lenguaje" que "nos ha hecho comunicación y humanidad".

Entiende que las Humanidades son un ideal en la memoria colectiva, que aporta riqueza y dinamismo a la sociedad, a pesar de que "el cielo ideal" de la disciplina está en realidad "lleno de nubarrones violentos" que la deterioran, convirtiendo al género humano en una "degeneración" debido a "la ignorancia y su inevitable compañía: la violencia, la crueldad".

Para combatir esta ignorancia, ha subrayado la importancia de la educación como medida para "construir el quien que mide en nosotros" desde la infancia. En este proceso educativo, Lledó ha querido destacar el papel de los medios de comunicación y su influencia, asegurando que su lenguaje "condiciona, esclavizándola o liberándola, nuestra vida y nuestra persona".

"Estoy convencido de que los maestros, los profesores, son conscientes del privilegio de la comunicación como forma suprema de humanidades. Ese anhelo de superación, de cultura, de cultivo es, tal vez, la empresa más necesaria en una colectividad", ha apuntado durante su intervención.

Es esa "educación de la libertad" la que, en su opinión, "alienta el futuro" de la verdad, la lucha por la igualdad, por la justicia y por la inteligencia.

Emilio Lledó Íñigo (Sevilla, 5 de noviembre de 1927) se licenció en Filosofía en la Universidad de Madrid (1952) y estudió tres años en la Universidad de Heidelberg (Alemania) con una beca de la Fundación Alexander von Humboldt. Fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades por ser "un pensador de relevancia internacional y de trayectoria ejemplar en el ámbito de las humanidades".