La gráfica ascendente de la diabetes ha sido una constante en los últimos lustros, pero la crisis económica también podría aportar su particular granito de arena de cara al futuro. "Hoy en día es más barato y más sencillo comer mal que comer bien", reconoce Dolores Rama. "Si no cuentas con demasiados recursos, y por el precio de tres manzanas te puedes comprar un paquete de pastelitos que te sirven para desayunar o merendar varios días, aunque sean de dudosa calidad ... las opciones más saludables no siempre son las más asequibles", apunta Rama, quien reconoce, no obstante, que el aumento de los casos en España, y en concreto en la comunidad gallega, ya era preocupante en la época de las vacas gordas.

La alimentación no es el único nexo entre crisis y diabetes. Los recortes también están afectando al colectivo de pacientes, que se quejan de múltiples carencias. "La calidad de las agujas para inyectarse la insulina que dispensa el Servizo Galego de Saúde (Sergas) ha disminuido ya que Sanidade opta por material más barato y los pacientes con diabetes tipo II no reciben las tiras reactivas suficientes para realizarse los controles necesarios de glucemia, argumentando casi siempre que ya siguen un tratamiento con pastillas", indica la presidenta de Fegadi y Acodi, quien insiste en que, pese a tomar fármacos, "es preciso realizarse unas mediciones periódicas para controlar la enfermedad". "Es mucho más caro que un diabético entre en urgencias por problemas de riñón o corazón a consecuencia de no seguir su patología que toda una vida de tiras reactivas", advierte. La representante de los pacientes coruñeses y gallegos reclama a las administraciones públicas que se tomen la diabetes como un asunto de Estado y pongan en marcha "políticas activas y concretas" que frenen la epidemia y aborden, de una vez por todas, el problema desde el punto de vista de la prevención, la asistencia y la formación de los afectados. "Necesita un enfoque global", concluye.