Los ciclos de la rama sanitaria son los que más listas de espera presentan. Este escenario se repitió este año y en los primeros plazos de inscripción fue posible comprobar que hay ramas de estudio, sobre todo en institutos urbanos, que generan un elevado interés entre la juventud y no solo entre los jóvenes, ya que también adultos intentan acceder a ciclos demandados. Este curso se superaron las 5.000 solicitudes para entrar en determinados ciclos, pero la cifra puede no ser exacta, ya que podrían existir duplicidades (inscripciones en varios ciclos para tener más opciones a entrar en uno de los demandados).

Más de la mitad de los estudiantes inscritos en lista de espera era para ciclos sanitarios, una rama, por ejemplo, que en el ámbito laboral (auxiliares, enfermería, laboratorio) no se está librando de los efectos de falta de plazas derivados de la crisis. Los otros campos de la Formación Profesional con mayor demanda, o suplentes en el banquillo para acceder a un pupitre, han sido este año Servicios socioculturales, Hostelería y turismo o Transporte y mantenimiento. Por un lado se produce esa tendencia, centralizada en unos ciclos concretos, y, por otro lado, quedan plazas vacantes en determinados ciclos y zonas. En el otro extremo de la balanza, los ciclos con menor demanda o menos aspirantes para iniciar estudios han sido Edificación, Artes gráficas, Agraria o Madera y mueble.