El número de jóvenes ninis, aquellos de entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan, ha repuntado en el tercer trimestre del año y triplica ya al de los bautizados como sisis, los que, por el contrario, compatibilizan un empleo con sus estudios. La última Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que en España hay 1.549.300 personas de esa franja de edad que son ninis, una situación a la que se han incorporado 244.200 personas en el tercer trimestre. Por su parte, entre julio y septiembre había 511.100 jóvenes sisis, 66.200 menos que en los tres meses anteriores, una caída que se produce de manera habitual cada año, entre otros motivos, por el fin del curso escolar al llegar las vacaciones de verano.

Ambos colectivos se redujeron durante la crisis, en línea también con los descensos que ha experimentado la población juvenil residente en España, que menguó en más de un millón y medio de personas desde 2008, principalmente por un descenso demográfico y por la emigración de muchos de ellos al extranjero. De este modo, en la actualidad el número de ninis se redujo un 20% respecto a los 1.942.400 que había en el tercer trimestre de 2009, momento en el que alcanzó su máximo y desde el cual su número se ha ido reduciendo año tras año, aunque recuperándose siempre durante el periodo estival.

Del total de 1.549.300 ninis que había en el tercer trimestre del año, dos de cada tres estaban en situación de desempleo (994.800) mientras que el resto eran inactivos (554.600), es decir, que ni siquiera estaban buscando un trabajo. El número de ninis aumenta en función de su edad, de forma que casi la mitad de ellos (705.200) tenían entre 25 y 29 años.

En cuanto a los sisis, habría que remontarse al año 2005 (el primero que proporciona el histórico del Instituto Nacional de Estadística) para encontrar su número máximo, con 1.133.700 jóvenes que estudiaban al mismo tiempo que trabajaban. Esta cifra apenas menguó hasta el segundo trimestre de 2008, cuando había 1.055.300 sisis, el doble que en la actualidad, y desde entonces se ha ido reduciendo año tras año y con mayor intensidad a partir del año 2011, según los datos del INE.