La presencia de coches estacionados en zona azul o verde del centro de Madrid se redujo ayer un 80% tras activarse la segunda fase del protocolo contra la contaminación de la ciudad, que en su cuarto día con alta concentración de dióxido de nitrógeno volvió a elevar las restricciones a los coches.

El día de ayer comenzó en Madrid con la retención habitual en las entradas en la hora punta, especialmente en el sur, a pesar de la limitación de 90 a 70 kilómetros en los principales accesos activa desde el jueves y la gran novedad: 3.954 parquímetros cerrados con el cartel Alto contaminación. Prohibido estacionar. Una restricción dirigida a todos los ciudadanos no residentes en la zona del centro -el interior de la M-30- de la que solo estuvieron excluidos el transporte escolar, vehículos comerciales y que no realicen emisiones, personas con movilidad reducida, servicios esenciales, motos y ciclomotores y taxis vacíos.

La nueva medida llevó al Ayuntamiento de Madrid a incrementar los servicios de autobús y los paneles y mensajes informativos a los ciudadanos, y logró un descenso de la intensidad del tráfico de alrededor de un 6% en la M-30 a partir de las 10.00 horas y de entre un 5 y un 10% a partir de las 11.00 horas.

La activación de la segunda fase podría mantenerse hoy de reproducirse durante la noche los valores de concentración de dióxido de carbono que se dieron el jueves en la ciudad, aunque el Ayuntamiento ya descartó, en todo caso, tener que elevar hoy las restricciones respecto a las ya implantadas.

Elevar el nivel supondría pasar a la tercera fase del protocolo, denominada escenario 3, que obligaría a restringir al 50% el tráfico rodado de coches en la zona interior de la ciudad, salvo excepciones -en los días pares circularían los de matrículas pares, y el resto en las fechas impares-. El anuncio del Ayuntamiento de la activación de la segunda fase pasadas las 23.00 horas del jueves provocó las críticas de todos los partidos municipales, de la Comunidad de Madrid y del Gobierno al equipo dirigido por Manuela Carmena.