Hace unos días hablaba con un buen amigo de sus problemas de espalda. Su trabajo le provoca dolores continuos que reducen su calidad de vida y tiene que consumir medicamentos para poder realizar su actividad diaria. Le comenté lo bien que funciona el Pilates para prevenir y mejorar ese tipo de dolencias y, sorprendido, me dijo: ¿pero eso no es sólo para mujeres? Mi asombro fue absoluto. Es cierto que son más las mujeres que lo practican, pero? también los hombres pueden hacerlo. Me gustaría animaros a probarlo y comprobar sus beneficios cuando se ejecuta bien y lo imparten los profesionales adecuados.

El método Pilates implica una educación corporal completa en la que se trabaja el organismo en conjunto, se realiza en un ambiente relajado y siempre bajo la supervisión de un experto que te va indicando las posiciones más adecuadas para ti y se preocupa de que no realices movimientos inadecuados que podrían causarte dolor.

Fue ideado por el alemán Joseph Pilates a principios del siglo XX. Para desarrollarlo se basó en sus conocimientos de diversas especialidades (gimnasia, traumatología y yoga) combinando dinamismo y fuerza muscular con control, relajación y respiración. Se usa la mente para controlar el cuerpo buscando el equilibrio entre ambos, siendo los principios fundamentales la precisión, la respiración, la concentración, el control y la fluidez.

Se realizan movimientos muy controlados, conscientes y coordinados con la respiración. Es fundamental controlar la parte inferior del tronco que funciona como una faja que rodea la zona lumbar y abdominal permitiendo que el cuerpo se mueva de manera equilibrada evitando posturas perjudiciales. Todos los movimientos se inician y se sostienen desde esta zona.

La respiración es fundamental y mejora la capacidad pulmonar y la circulación sanguínea. Se usa la respiración intercostal; al inspirar, las costillas se separan; al espirar se cierran y se hunde el ombligo hasta tocar la colchoneta coincidiendo con la fase de mayor esfuerzo. Debe ser lenta y continua buscando un óptimo intercambio gaseoso oxígeno-dióxido de carbono, lo que favorece la oxigenación tisular.

Se consigue el desarrollo de los músculos internos para mantener el equilibrio corporal y dar estabilidad y firmeza a la columna vertebral, por lo que se usa como terapia de rehabilitación y para prevenir y curar el dolor de espalda. Es un trabajo integral de la mente y el cuerpo hasta lograr un control preciso de éste de la forma más saludable y eficiente posible, es decir, conseguir un equilibrio muscular reforzando los músculos débiles y alargando los músculos acortados. Así, por ejemplo, en los ejercicios se alternan estiramientos y contracciones musculares que generan el equilibrio buscado al ser combinados con la respiración profunda y la postura adecuada a cada movimiento, en las que juegan un papel importante el abdomen y el torso.

Se practica en un ambiente relajante que permite una comunicación directa entre el alumno y el instructor. El programa es muy seguro e incluye ejercicios lentos y controlados, con movimientos pausados y suaves. Los beneficios son numerosos e incluyen la mejora de la postura y alineación corporal, una mayor flexibilidad muscular y articular, un aumento de la conciencia corporal y una disminución del estrés y del malestar provocado por el estilo de vida sedentario.

Se practica en pequeños grupos o de manera individual en el suelo sobre una colchoneta y se pueden usar aparatos: pelota, aro, banda elástica, etc. También se hace con máquinas muy especializadas que permiten un trabajo específico: reformer (una especie de cama que se desliza sobre una plataforma con raíles similar a una máquina de remo), trapecio (una cama con poleas en la parte superior que permiten colgarse en diferentes posiciones), una combinación de reformer y trapecio, la silla (incorpora unos pedales cuya intensidad se puede adaptar) y el barril (un semicilindro que se usa para estirar la espalda).

Consulta a tu médico si dudas sobre si puedes hacerlo o no. Busca un centro adecuado en el que puedas trabajar con buenos profesionales porque es muy importante que el experto sea titulado y esté pendiente de tus posibilidades reales (han surgido varias asociaciones de ámbito internacional para proteger la correcta transmisión del método Pilates original). No todos podemos hacer los mismos ejercicios ni con la misma intensidad, por lo que se hace imprescindible el consejo de un buen asesor que evite complicaciones innecesarias y permita alcanzar todos los beneficios de esta técnica. Como ves resulta perfecto también para los hombres. Olvídate de prejuicios y apúntate a un centro Pilates.