Hace cinco años, después de jubilarse, Celestino Vázquez Vilariño decidió dar un nuevo rumbo a su vida y dedicar parte de su tiempo libre a ayudar a los demás. Desde entonces, este coruñés de 68 años colabora de manera muy activa con la Junta Provincial de Cruz Roja, una labor desinteresada que el pasado fin de semana fue premiada con una de las medallas de bronce que la organización entrega, cada año, a los voluntarios que destacan por su especial implicación. Un reconocimiento que le ha hecho "mucha ilusión", pero que al que prefiere restar importancia. "Para mí el mejor premio es saber que estoy siendo útil para otras personas", subraya, convencido.

Celestino es un buen ejemplo de que el voluntariado no tiene edad, y de que el único requisito para ayudar a otros es tener ganas de hacerlo. "Antes de jubilarme, nunca había colaborado como voluntario con ninguna organización. Era una idea que sí me había rondado por la cabeza, pero mi trabajo como cartero me dejaba muy poco tiempo libre. Así que cuando me retiré, decidí dar el paso y acercarme hasta Cruz Roja, una organización que ya conocía y que me inspiraba mucha confianza, para informarme sobre qué podía hacer", recuerda. "Me ofrecieron la posibilidad de colaborar con el programa de teleasistencia domiciliaria a personas mayores, y no me lo pensé. Ahora también participo en otros proyectos y campañas, como la de recogida de material escolar para niños de familias que están pasando por dificultades. Intento ayudar en todo lo que puedo", añade este coruñés. Mª Luz Rodríguez López, técnico de teleasistencia domiciliaria y voluntaria de teleasistencia de Cruz Roja en A Coruña, lo corrobora "al cien por cien". "Celestino es un voluntario de diez. Es como esos buenos amigos que sabes que van a estar ahí cuando los necesites. Da igual cuándo lo llames y para qué. Es el primero en ofrecerse para colaborar, y siempre está disponible para echar una mano en lo que sea", subraya.

Este súper voluntario prefiere, sin embargo, destacar el papel que desempeñan los voluntarios en su conjunto. "El voluntariado es una labor que favorece a mucha gente: personas que están solas, que no tienen recursos, que se encuentran en situación de vulnerabilidad...", recuerda Celestino, quien insiste en animar "a todo el mundo", y en especial a las personas que, como él, "ya se han retirado y tienen más tiempo libre", a colaborar con alguna entidad de acción social. "El voluntariado es muy gratificante. Siempre recibes más de lo que das", concluye.