El obispo de Mallorca, Javier Salinas, negó ayer públicamente que mantenga una relación sentimental con una de sus secretarias, como denunció a la Nunciatura el marido de la colaboradora del prelado, y subrayó que no tiene conciencia de haber hecho "nada malo".

"No", respondió tajante Salinas ayer cuando le preguntaron si estaba enamorado. Con estas declaraciones rompió el silencio que mantenía desde que el pasado martes el Diario de Mallorca publicara que el Vaticano investigaba una acusación de "relación impropia".