Desde que sabéis que vais a tener un hijo, todas las esperanzas se centran en que el niño nazca bien, que no haya ningún problema, que sea "sano"? y esa ilusión se desmorona cuando nace antes de tiempo porque las dudas sobre su evolución te angustian enormemente. No sufras pensando en lo que va a ocurrir y en los posibles efectos que esta situación tendrá sobre vuestras vidas. Sigue las pautas de los expertos y no te obsesiones.

Se considera prematuro el bebé que nace antes de la semana 37, pero hay diferentes grados de niños prematuros en función de las semanas de gestación, considerándose que son extremadamente prematuros los de 28 semanas o menos. Aunque se han mejorado las posibilidades de sobrevivir sin secuelas, las 23 semanas serían consideradas el límite de viabilidad del bebé.

Se ha incrementado el número de prematuros a nivel mundial por diferentes causas que están siendo estudiadas por los especialistas: estrés personal, trabajo materno, edad de concepción cada vez mayor en los padres, hábitos nocivos (consumo de tabaco, drogas, etc.), las fecundaciones in vitro, patologías maternas (diabetes, cardiopatías, nefropatías, etc.), infecciones (no solo de transmisión sexual aunque también lo provocan), mala nutrición, problemas con la placenta, etc.

La prevención pasa por recibir cuidados prenatales para preparar la concepción, mantener una buena salud previa al embarazo, cuidarse durante el embarazo evitando conductas de riesgo (alcohol y tabaco, por ejemplo, están prohibidos), mantener hábitos saludables (hacer ejercicio adecuado a tu estado), etc. y seguir todas las indicaciones del médico sea cual sea el momento en el que te encuentres.

Los bebés prematuros pueden nacer con problemas como anemia, infección, ictericia, problemas respiratorios, inflamación intestinal, lanugo (pelo corporal), piel casi transparente, etc. Deben ser controlados por el especialista y, en función de su estado, permanecer en el hospital y recibir un tratamiento según el criterio del médico que lo atiende.

Suelen ser ingresados en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) en una incubadora y monitorizados para controlar su respiración, frecuencia cardíaca y nivel de oxígeno en su sangre. También puede ser necesario introducir una sonda para alimentarlos porque aún no han desarrollado el sistema de succión. Esta situación se mantendrá hasta que el bebé pueda respirar, alimentarse y mantener su temperatura corporal. Lo normal es que pasen unas semanas allí, siempre que no se planteen problemas que obliguen a mantener el ingreso hospitalario.

Ver así a su hijo genera una enorme tensión a los padres (y familiares y amigos) por lo que resulta imprescindible cuidarles también a ellos. Pensad que se sienten muy mal, no saben cómo actuar, sienten miedo al futuro y pasan baches emocionales mientras el bebé esta en el hospital. Se recomienda:

-Compartir experiencias con padres en la misma situación. Comentar lo que os ocurre puede servir como válvula de escape con alguien que os comprende perfectamente y empatiza con vosotros.

-Informarse y preguntar a los profesionales. Cualquier duda que os surja debe ser analizada para mejorar vuestra situación personal y estar más preparados para seguir las indicaciones de los expertos.

-Apoyarse en familia y amigos para sentirse arropado y liberar tensiones. No tenéis que sentiros mal al dejar al niño en la UCIN y salir a tomar un café; es fundamental para manteneros en buena forma.

-Usar el método canguro, basado en el contacto piel con piel con el bebé porque mejora el desarrollo de los niños, siempre que el médico lo permita.

Hace años, nacer prematuro era una causa de muerte muy frecuente, pero en la actualidad la esperanza de vida ha aumentado mucho gracias a los avances médicos. Las secuelas son una preocupación constante y dependen del grado de prematuridad del bebé. Cuanto más prematuro sea y menor su peso al nacer, mayor será el riesgo de complicaciones que pueden presentarse. Los menores de 25 semanas y 750 grs. se pueden ver más afectados, por lo que su seguimiento es fundamental tras el alta. Sistema respiratorio, ocular, digestivo y neurológico deben ser controlados según las indicaciones del médico.