El papa Francisco pidió ayer misericordia y cercanía con los "marginados de la sociedad" durante la apertura de la Puerta Santa de un albergue y un comedor de Cáritas en Roma, una de las más simbólicas del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. "Que esta puerta de la caridad, que acoge a tantos marginados de la sociedad, haga reflexionar a los romanos sobre qué ocurriría si se sintieran descartados y necesitaran la ayuda de los demás, para que así muestren misericordia y cercanía con los marginados de la sociedad, con los pobres", dijo el Pontífice argentino durante su homilía.

Tras las aperturas de las Puertas Santas de las catedrales de San Pedro del Vaticano y de San Juan de Letrán romana, el Pontífice abrió ayer esta, que es una de las más simbólicas de este Año Santo, pues con este acto la Iglesia Católica demuestra a estas personas que también pueden obtener la indulgencia a sus pecados cruzando una puerta ubicada en el mismo centro en el que reciben a diario comida y cama. En concreto, Jorge Bergoglio inauguró la Puerta Santa del hostal Don Luigi di Liegro y del comedor San Juan Pablo II que gestiona Cáritas y que se encuentran en un centro muy próximo a la estación ferroviaria de Termini.