Estrella Romero, directora del proyecto, explica que era importante conocer la evolución de los problemas de conducta, ver si se recrudecen o mejoran y qué factores están asociados a ello, para poder actuar. "La idea con este estudio era ver cómo evolucionan esos problemas, pero también aportar soluciones. Por eso pusimos en marcha a la vez el programa de intervención EmPeCemos con el que, seis años después de su aplicación, los niños no solo mostraron un comportamiento menos problemático, menores dificultades emocionales y mejores habilidades sociales, sino que también presentan un menor consumo de tabaco y alcohol", describe la investigadora. .

Los niños en los que disminuyeron con el tiempo los problemas se relacionan con un estilo parental más favorable. "Los mayores problemas los hemos encontrado en entornos de excesiva hostilidad, en los que se intenta coaccionar el comportamiento de los hijos y viceversa, con una inadecuada expresión del afecto y un exceso de permisibidad", describe la psicóloga.

Romero advierte que lo ideal sería "actuar sobre los problemas de conducta cuanto antes mejor, porque cuando crecen los problemas se genera una bola de nieve que luego es más difícil de atajar y puede convertirse en un problema crónico, llegando incluso a casos de delincuencia", concluye.