Médicos Sin Fronteras asegura que un medicamento contra la malaria empleado en Liberia en 2014 durante el apogeo del virus del ébola fue la posible causa de que las tasas de mortalidad en un grupo de pacientes con la enfermedad se vieran reducidas en más de un 30%.

Esta estimación consta en un estudio retrospectivo publicado en New England Journal of Medicine por MSF y su centro de investigación Epicentre. El estudio señala que los pacientes de ébola a quienes se les prescribió artesunatoamodiaquina, un medicamento contra la malaria, sufrieron una mortalidad un 31% menor que aquellos a los que se les prescribió el medicamento antimalárico estándar de primera línea, el arteméter-lumefrantina. Los antimaláricos forman parte del protocolo de tratamiento de MSF para todos los pacientes sospechosos de tener ébola. Sin embargo, la eficacia de la artesunatoamodiaquina no se descubrió hasta que hubo déficit de unidades.