El Gobierno paga a las comunidades autónomas una cuantía en función del número de dependientes atendidos. Sin embargo, no financia todos los servicios. De este modo, por ejemplo, no contempla la posibilidad de que un dependiente leve pueda tener plaza en una residencia. La normativa estatal establece que este recurso está reservado solo a los casos más graves. A pesar de ello, hay casos de dependencia moderada internados en un centro de mayores y de su coste se tiene que hacer cargo la comunidad autónoma.

La Consellería de Política Social reconoce que hay casi 200 dependientes leves ingresados en residencias en la comunidad gallega. Aunque su dependencia sea moderada pueden no estar capacitados para desempeñar actividades básicas o valerse por sí mismos en el hogar y esto hace necesario que vivan en un centro de este tipo.

En estos casos, es el usuario, a través del copago, y la propia Administración autonómica los que asumen el gasto de un servicio que además es de los más caros. De hecho, una plaza en un centro de mayores tiene un coste medio de 1.500 euros al mes.

Según explican desde la Consellería de Política Social, el Ministerio de Sanidad estableció un régimen transitorio para que aquellos que estuviesen en una residencia antes del 28 de noviembre de 2010 pudiesen continuar en ella con una aportación estatal de 48 euros al mes.

Sin embargo, para el resto de los casos el Gobierno central se desentiende de la financiación de estas plazas residenciales y su coste recae entre el propio dependiente y la consellería encargada de dependencia en la comunidad autónoma.

En el departamento que dirige Alfonso Alonso, de todos modos, sostienen que están dispuestos a discutir con las comunidades autónomas sobre esta cuestión y buscar una solución para estos dependientes leves que por sus características personales precisarán de ingresar y vivir en una residencia.