Leonardo Lemos alerta sobre el drama que sufre la zona rural ourensana, que se encuentra sin población, por lo que el Obispado tiene que hacerse cargo del déficit de un gran número de parroquias, empezando por el salario del sacerdote. "Con los donativos que dejan los domingos, no se paga la luz de la iglesia", lamenta.

El obispo se mantiene abierto al diálogo con los vecinos de Palmés, con el fin de atender las necesidades de la parroquia, pero dentro del contexto de crisis económica que vive la diócesis.

Leonardo Lemos admite que tendrá que hablar con algún alcalde para buscar un acuerdo o convenio, porque el Obispado "está pagando los recibos de agua y de recogida de la basura de algunas parroquias en las que solo hay cinco o seis vecinos".

Dada la compleja situación económica de la diócesis de Ourense, el prelado pide a las personas que muestran una actitud dura y crítica con la función que desempeña el Obispado que se pregunten: "Quién le paga al sacerdote que los atiende a ustedes? ¿Quién le paga el kilometraje de la gasolina? Claro, porque yo tengo que defender las nóminas de mis curas. ¿De dónde vienen todos esos recursos?".

Leonardo Lemos recuerda que hay 284 curas en la diócesis de Ourense y que requieren recursos para cubrir sus necesidades.