La carne procesada „embutidos, salchichas o hamburguesas„ forma parte desde octubre del grupo de productos considerados cancerígenos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de un alimento que se incluye en el grupo 1 „donde hay evidencias científicas de que causa cáncer„ junto al diesel, el alcohol, el sol o la contaminación ambiental. Justo un escalón por debajo „como "probablemente cancerígena"„ sitúa a la carne roja. Para el jefe de Oncología del Hospital de A Coruña, Luis Antón Aparicio, es un error "demonizar" la carne ya que el problema no está "en la carne en sí" sino "en su manipulación, en el procesado".

"La clave está en el procesado; cualquier alteración puede conllevar sustancias cancerígenas", señala Aparicio, quien reconoce que actualmente la industria alimentaria utiliza algunos aditivos cuyo efecto carcinógeno está demostrado.

Es el caso del ortofenol „usado en las conservas„, el nitrito potásico (en embutidos o patés) o las nitrosaminas (en alimentos curados o anchoas). Reconoce que la ley y la biología no siempre van de la mano y por ello se utilizan "aditivos que están admitidos legalmente" aunque puedan ser dañinos.