La organización civil mexicana Foro Oaxaqueño de la Niñez, junto con varios sacerdotes y activistas, acusó ayer a la Iglesia mexicana de proteger a un cura que pudo haber abusado de un centenar de menores y que desde 2013 está en prisión para ser procesado por la justicia por corrupción de menores.

La acusación fue realizada en una comparecencia en la que se leyó una carta de la madre de una de las víctimas dirigida al papa Francisco, que visitará México en febrero, en la que pide al Pontífice "justicia" para los niños y adolescentes blanco de esos abusos y que "no vuelva a suceder".

El objetivo principal de la denuncia es el arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello, al que los denunciantes acusan de encubrir esos casos por no realizar presuntamente una investigación a fondo de los supuestos abusos, ocurridos al parecer en siete comunidades indígenas.

El protagonista central del caso es el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández, al que se le acusa de un primer abuso hace casi una década.

"En 2006 Gerardo Silvestre abusa de un niño de nueve años al ocupar un interinato de seis meses" en la parroquia de San Pablo Huitzo, indicó el representante del Foro Oaxaqueño de la Niñez (FONI) Alejandro de Jesús al exponer el caso.