"Nacidas libres". De este modo se presenta el testimonio de las Mercedarias de Santiago en la revista diocesana Barca de Santiago de hace menos de un año. En el artículo se describe a una comunidad que centra "su vida en la contemplación, sin salir del monasterio". También enfatiza este aspecto el Arzobispado de Santiago cuando, al hilo del caso, explicó que la "vocación" de la clausura es "peculiar por cuanto supone de renuncia", "con una entrega radical". Esa imagen es diferente a la que, según fuentes próximas al caso, al parecer, tenían en la cabeza las mujeres indias que hace tres lustros, de adolescentes, se trasladaron a la capital gallega para profesar, ya que conocían la congregación por la labor social y educativa que desempeñaba en su tierra natal.

En ese contexto, los agentes que acudieron el sábado pasado al convento de las Mercedarias (del que ese día se fueron tres monjas con la comitiva judicial) reflejaron en sus escritos que las religiosas estaban condicionadas por el "aislamiento exterior", por la realización de un "trabajo excesivo" y por la "influencia" que en ellas ejercían sus superioras en el convento, según señalaron fuentes próximas de la investigación.

Tras entrevistarse con ellas, apuntaron que esta "influencia" parecía haber "afectado" su capacidad de decisión y la forma en la que entendían la vida en el convento, algo que trasladaron a la magistrada.

Del mismo modo, según Europa Press, los agentes apreciaron que las mujeres eran víctimas de "amenazas veladas" con ser deportadas a la India si dejaban la institución y que eran "privadas de su documentación personal", que hubo que requerir a la congregación al dejar el recinto.

El Arzobispado de Santiago rechaza que las religiosas que pidieron dejar los hábitos estuviesen retenidas o hubiera "coacciones", según le trasladó la congregación, y no le consta que pidieran abandonar la comunidad antes de realizar los trámites. La dispensa de votos que habían solicitado dos monjas avanzaba a un ritmo "rápido", apuntan. Dos días antes de entrar la comitiva judicial en el convento, la documentación estaba lista para enviar a la Santa Sede.

Aclarar qué ocurrió tras los muros del convento, si se retuvo a las monjas contra su voluntad, es el fin de una investigación que inició el juzgado de instrucción número 1 de Santiago, que también indaga por qué dos mujeres con permiso de residencia fueron deportadas en 2011, pero que podría pasar a otro. El decanato decidirá en "unos días" cuál llevará el caso tras recibir toda la documentación de la causa, en la que solo faltaba ayer un oficio sobre la situación actual de las monjas, en una casa de acogida fuera de Galicia. Cuando el caso se adjudique a un juzgado de instrucción, y ya que las mujeres indicaron que no van a denunciar, la Fiscalía decidirá si actúa de oficio en el proceso, para lo que valora los "indicios" recabados. Fuentes de la Fiscalía subrayan que por ahora no se ha decidido aún si el Ministerio Fiscal ejercitará la acusación popular.