El Ayuntamiento de Gijón no entiende de amor. Y menos si el amor ocupa espacio público. Esa es la principal traba con la que se ha encontrado una gijonesa que lo tenía todo preparado para dar la sorpresa de su vida a su novio. El próximo viernes, coincidiendo con la cercanía de San Valentín y el cumpleaños de su chico, esta enamorada pensó en ocupar El Náutico durante poco más de media hora para proclamar a los cuatro vientos su pasión por quien desde hace unos años se ha convertido en el hombre de su vida, en el mejor padre que podía soñar para sus hijos y con quien ha podido rehacer su fallida historia sentimental y formar "la familia que soñaba", cuenta.

Pero ese sueño amenaza con tornarse en pesadilla a falta de la autorización municipal para llenar El Náutico de amigos, conocidos y desconocidos que ya están convocados y dispuestos a sumarse a "la primera declaración de amor que se hace así en Asturias", explica la interesada. Con la negativa oficial se puede ir al traste el gran montaje que está detrás de esta sorpresa y que, con el impulso de las redes sociales, ya supera con mucho las previsiones de la autora.

A falta de solvencia económica lo que le sobra a esta treintañera -que prefiere mantener el anonimato porque se niega a dar por frustrada su gran fiesta sorpresa- es imaginación y facilidad para moverse en las redes. De tal forma que echó mano de un programa de radio y su labia en el facebook para contar a quien quisiera escucharla que buscaba público que la arropara en un día tan especial. "Sólo buscaba gente", explica, cuanta más mejor, para jalear su historia de amor y de paso para hinchar y sujetar los cientos de globos con corazón que iban a resultar el complemento perfecto para su pedida de mano. Unos globos en los que piensa escribir varias frases: "Felicidades cariño"; "gracias por la familia que tenemos"; y "quiero pasar el resto de mi vida contigo". Ahora, también deberán sujetar una pancarta de dos o tres metros que le ha regalado una empresa donde se leerá "¿Quieres casarte conmigo?".

Ante el temor a que sólo unos cuantos la acompañaran en su proyecto, la gijonesa añadió un reclamo "en agradecimiento por ayudarme". Así, ha ofrecido -a quien resulte agraciado en un sorteo que ya tiene planificado- una cena o una sesión de spa para dos. "Todo por amor" se convirtió en el eslogan de un movimiento que creció como bola de nieve sin control. De tal forma se multiplicó que ahora la novia enamorada acumula 1.800 mensajes privados en su facebook.

Mucho antes de que la cosa cogiera tal volumen, por sugerencia de una amiga se acercó hasta la Pescadería municipal para pedir autorización "como si lo mío fuera una manifestación, pero sin problemas", expone. Allí formalizó su solicitud de "permiso para realizar una declaración pública de amor con varias personas con pancartas". "Debí de pasar lo menos por siete ventanillas. Y me preguntaban... ¿pero qué solicitas aquí? Creo que nadie sabía muy bien dónde tramitarlo. Hasta una responsable me preguntó si todo aquello era verdad. Cuando les dije que sí me dijo: Pues yo quiero verlo", recuerda. Así que se fue tranquila.

Con el paso de los días su locura de amor iba en volandas, pero no llegaba la autorización municipal. Así que ayer por la mañana llamó para interesarse y creyó que el mundo se le caía encima. "Me dijeron que mi solicitud estaba denegada porque estaba prohibido usar la vía pública para un acto privado", cuenta ahogando el llanto. Ni quiere, ni sabe, cómo parar un acto para el que -por esos milagros de la solidaridad anónima- ya le han ofrecido un ramo de novia gratis, le prestan un vestido nupcial, le han cedido una alfombra roja, le van a hacer detalles de chocolate, y se le multiplican los niños con arras y hasta las damas de honor. Sabe que como mínimo serán 70 personas las convocadas, pero también podrían ser 500.

Con razón tiene la voz quebrada, "una migraña del quince" y apenas puede dejar de llorar. Porque no sabe qué hacer con tanto esfuerzo: "puse mucha ilusión en todo esto, he recibido muestras de cariño que ni imaginaba y no sé ni cómo dar marcha atrás. No quiero causar ningún problema a nadie pero pido por favor que me ayuden". Es la súplica de una enamorada.