La medicina gallega está de luto. El doctor Alfonso Castro Beiras, uno de los cardiólogos más reconocidos de Galicia y España, impulsor y referencia del área de Cardiología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), falleció ayer de manera inesperada a los 71 años de edad. El facultativo, que hace escasas semanas se jubiló de su plaza en el Chuac, estaba casado y era padre de dos hijas. La capilla ardiente se instaló ayer en el Tanatorio Servisa y la incineración tendrá lugar esta tarde, a las 17.00 horas. El funeral se celebrará mañana, a las 20.30 horas, en la iglesia de Salesianos.

Licenciado en Medicina, con premio extraordinario, por la Universidade de Santiago y doctor por la Autónoma de Madrid, Alfonso Castro Beiras (Santiago, 1944), que falleció a primera hora de la mañana de ayer tras precipitarse desde una ventana en un inmueble de la calle Juan Flórez, era especialista en cardiología y medicina interna y dirigió, durante muchos años, el área de Corazón del Chuac, donde su muerte ha causado una gran conmoción. También era asesor de la Consellería de Sanidade y del grupo HM Hospitales, además de catedrático emérito de la Universidade da Coruña (UDC), donde promovió la puesta en marcha y dirigió el Instituto de Ciencias da Saúde.

El doctor Castro Beiras llegó al antiguo Hospital Juan Canalejo de A Coruña en 1977, procedente de la Clínica Puerta de Hierro de Madrid -donde realizó las especialidades en cardiología y medicina interna y donde, además, ejerció, durante cinco años, como jefe adjunto del Servicio de Cardiología-, para formar parte del primer equipo de cardiólogos del centro coruñés, junto con los doctores Hermida y Pérez Gómez. Esa pequeña sección de Cardiología apenas contaba, por aquel entonces, con una consulta externa, un área de registros externos y quince camas de hospitalización compartidas, en la misma planta, con Neumología. Castro Beiras se propuso, como primer objetivo, montar un Servicio de Cardiología capaz de atender las necesidades de los pacientes del área coruñesa, e incluso de toda la comunidad gallega, para ciertas patologías. Y aunque los comienzos "fueron difíciles", tal y como recordaba en una entrevista, finalmente, lo consiguió.

El cardiólogo compostelano era uno de los más reputados expertos de España, y participó en numerosos proyectos para desarrollar el área de su especialidad en Galicia. Una labor por la que atesoró numerosos reconocimientos, entre ellos, la Medalla de Oro de Galicia, que le fue concedida en 2004 por los méritos en su carrera profesional.

El pasado mes de marzo, fue designado médico emérito del Servizo Galego de Saúde (Sergas), una figura creada por la Xunta en el 2009 para "mantener cerca a los profesionales con una trayectoria relevante", y que "todavía pueden aportar mucho al sistema". Tras ese nombramiento, el facultativo se mostraba feliz y "muy agradecido", sobre todo "por la posibilidad de seguir contribuyendo a la mejora del sistema sanitario gallego", con investigaciones "en el campo de la muerte súbita y de la biosanidad". Apenas un par de meses después, recibía la medalla de oro y diamantes del Colegio Oficial de Médicos de la provincia de A Coruña, la máxima distinción de esta entidad, por ser "uno de los protagonistas del gran cambio sanitario que se produjo en este país en la década de los años setenta. "Pertenece a ese nutrido grupo de médicos bien formados y con una evidente vocación de servicio público, que llevaron a nuestra sanidad, entonces decimonónica, a la vanguardia mundial", destacaron desde el Colegio Médico al concederle la distinción.

Gran entusiasta de su profesión, como él mismo reconocía, Alfonso Castro Beiras no se cansaba de repetir que el modelo de atención al infarto agudo de miocardio (Progaliam), implantado hace una década en Galicia y en cuya puesta en marcha él mismo participó de manera determinante, era "un ejemplo" para el resto de España, y que incluso se había exportado a otros países por su eficacia.

"Galicia es la única comunidad autónoma multiprovincial que tiene desde hace años un programa de atención al infarto agudo de miocardio. Ese programa permite que un infarto de miocardio sea atendido a través de una red, basada fundamentalmente en el 061, que es capaz de movilizar a los pacientes para que sean atendidos en el sitio más adecuado en el momento adecuado", insistía Castro Beiras.

La muerte del eminente cardiólogo compostelano ha causado un profundo pesar en toda la comunidad médica de Galicia, y muy especialmente entre sus compañeros del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), su casa durante casi cuarenta años, y del Sergas. El expresidente de la Sociedad Española de Cardiología -cargo que el propio Castro Beiras ocupó durante años- y jefe del Servicio de Cardiología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), José Ramón González-Juanatey, recordaba ayer que Alfonso Castro Beiras "logró transformar la cardiología de Galicia y de España".

"Su trabajo ha sido un factor determinante para poner la asistencia, la docencia y la investigación en el campo de las enfermedades cardiovasculares como referente de calidad", subrayó el doctor González Juanatey, quien además recordó el "claro mensaje transmitido" por Castro Beiras "de compromiso con la excelencia de la sanidad y la educación públicas".

El ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, también quiso mostrar ayer sus condolencias por el fallecimiento del reputado cardiólogo a través de un comunicado enviado a la familia. El doctor Castro Beiras era miembro del Consejo Asesor del departamento que dirige Alonso.