La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció ayer que "todo lo que tiene que ver" con el brote del zika y su posible relación con casos de microcefalia y el síndrome Guillain Barré "es difícil" porque no se entiende la causalidad y se carece de test eficientes de diagnóstico, entre otros factores.

"No entendemos la causalidad, no disponemos de buenos diagnósticos y no tenemos manera de decirle a la gente con exactitud si estuvieron infectados en el pasado", declaró el director para emergencias sanitarias de la OMS, Bruce Aylward, quien señaló que "las medidas de control son complicadas" y que, como ocurrió recientemente con la epidemia del ébola, "la clave está en que las comunidades se impliquen y confíen en las medidas que se requieren para controlar la enfermedad".

El experto, que tiene la responsabilidad de la respuesta a los brotes epidémicos de alcance internacional, reveló que últimamente ha aumentado "la acumulación de evidencias" que apuntan a una relación entre el zika y casos de microcefalia, pero dijo que solo a mediados de año podrá aclararse esta cuestión. "En cuatro o seis meses podremos decirlo con mayor certeza", indicó el experto.

El plazo se debe a que las mujeres embarazadas en el último trimestre del año pasado, cuando se registró el repunte de casos en Brasil y en Colombia, empezarán a dar a luz hacia el mes de junio.

En el caso del síndrome Guillain Barré, el intervalo entre la picadura del mosquito y la eventual aparición de los síntomas se reduce, en cambio, a tres semanas.

Sobre el confinamiento geográfico en Brasil del aumento de casos de microcefalia en paralelo con la propagación del zika, mientras que otros países se le asocia únicamente con el síndrome Guillain Barré, Aylward dijo que todavía no hay una explicación satisfactoria.

Sobre las consecuencias del brote de zika para los próximo Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el experto anticipó que Brasil "tendrá unos fantásticos Juegos, que serán exitosos", y recordó que los Juegos tendrán lugar entre el 5 y el 21 de agosto, en pleno invierno austral, temporada durante la cual la población del mosquito que propaga la enfermedad se reduce notablemente.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, confío ayer en la "caída vertiginosa" del mosquito Aedes aegypti, transmisor del zika, durante los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Río de Janeiro el próximo mes de agosto, debido al descenso de las temperaturas con la llegada del invierno austral. Rousseff respondió a las preguntas de un grupo de niños en una escuela de la localidad de Juazeiro, en el estado de Bahía, que visitó dentro de la movilización gubernamental para combatir el aedes aegypti, transmisor también del dengue y el chikunguña. La presidenta recalcó que el descenso de las temperaturas propia del mes de agosto "disminuirá la capacidad del mosquito" de proliferar, pero recalcó que aún así el Gobierno tomará todas las precauciones. La gobernante afirmó que las autoridades concienciarán a los visitantes para que usen repelentes y mangas largas, sobre todo en el caso de las embarazadas.