Las apariciones del consejero delegado y creador de Facebook, la red social más extendida del planeta, empiezan a ser tan habituales como su discurso. Por tercer año consecutivo, Mark Zuckerberg, fue el centro de atención de todos los asistentes en Barcelona al Mobile World Congress, especialmente de los grandes operadores de telefonía mundial, quienes vieron cómo se convertían en el objetivo de los envenenados dardos lanzados por el joven norteamericano.

Vestido con su habitual indumentaria de camiseta gris, vaqueros y deportivas, y en una charla que va camino de convertirse en todo un clásico, Zuckerberg no tuvo ningún pudor al criticar que toda la industria estuviera más preocupada de dar redes más rápidas a los ricos mientras que se olvidan de los más de 4.000 millones de personas que no tienen acceso a internet en todo el planeta.

Tras haber sufrido uno de sus primeros reveses empresariales hace apenas unos días, cuando el regulador indio de telefonía móvil Trai denegó el programa de Zuckerberg para proveer de internet gratuito a todo el país, llegaba el momento de poner los puntos sobre las íes a los operadores globales de telefonía móvil. Zuckerberg dijo ayer sentirse "decepcionado" por la prohibición de su programa en la India, pero también avisaba de que Facebook "no es una compañía que abandone sus proyectos".

"Nuestro objetivo es ayudar a la gente a acceder a la red", decía Zuckerberg mientras aseveraba que todo el mundo "debería tener acceso a internet". "Es de locos que en 2016 estemos aquí sentados y todavía haya más de 4.000 millones de personas que no tengan acceso a internet", denunció el que es ya el sexto hombre más rico del mundo, según la clasificación diaria de la revista Forbes.

Volvía a escena la habitual tensión entre Zuckerberg y los operadores de telefonía, y se notaba en el ambiente. El joven estadounidense sudaba y su voz temblaba en ocasiones mientras hacía afirmaciones que a todas luces no caerán en el olvido para los grandes operadores.

Hasta el infinito

Y es que todo lo que dice Zuckerberg se amplifica hasta el infinito. El consejero delegado de Facebook, uno de los más importantes protagonistas del sector tecnológico mundial, es el responsable de una fortuna que asciende hasta los casi 1.600 millones de dólares y que comprende, además de Facebook, otras empresas como WhatsApp.

Su empeño por llevar internet a todo el planeta, lo que conllevaría un crecimiento exponencial de los millones de usuarios de Facebook, le está conduciendo a un enfrentamiento frontal con operadores de telefonía y los reguladores de todo el mundo que algunos analistas se apresuran a etiquetar como "arriesgado".

En el terreno de sus proyectos para dar conectividad, informó de que Facebook probará este año el vuelo de sus drones impulsados con energía solar -trabaja en su segundo modelo- y que lanzará su primer satélite sobre África.

También dijo que el programa de acceso gratuito y limitado a la red internet.org está presente en más de 30 países de todo el mundo y permitió acceder a la red a 90 millones de personas en solo año y medio.

El revés recibido en India, donde se prohibió el programa, ha resultado "decepcionante" para Zuckerberg, aunque matizó que seguirá intentando buscar nuevas vías para trabajar con los operadores indios. "Hemos aprendido que cada país es diferente. (...) Pero Facebook no es una compañía que abandone sus proyectos", dijo.

De hecho, Zuckerberg negó que el objetivo de internet.org sea lucrativo. "Nuestro objetivo es ayudar a la gente a acceder a la red", insistió.

Además, se defendió de quienes critican que su misión idealista no es más que una vía para hacer dinero, argumentando que poner en marcha el negocio de Facebook ha sido la mejor estrategia para intentar cambiar el mundo.

Zuckerberg volvió a aparecer en la feria de móviles más importante del mundo como una rock star de la tecnología.

Una tecnología solo "frenada" de alguna manera por la huelga del Metro de Barcelona, que supuso un día complicado para la movilidad en la ciudad, donde muchos ciudadanos cambiaron sus hábitos y han mostrado su enojo, igual que hizo John Hoffman, consejero delegado de la asociación GSMA, organizadora del Congreso Mundial de Móviles.