En España casi cuatro de cada diez jóvenes, el 36,4 por ciento, vive en riesgo de exclusión social, según datos del Consejo de la Juventud de España (CJE), lo que provoca que ocho de cada diez menores de 30 años siga viviendo con sus padres.

Así lo ha asegurado el responsable del área socioeconómico del CJE, Víctor Reloba, en la presentación del X Observatorio de la Emancipación, dónde ha resaltado que los jóvenes son "el colectivo demográfico que más riesgo de pobreza tiene en la actualidad".

Y a pesar de tener trabajo, un tercio de la población ocupada joven sigue estando en riesgo de exclusión.

La temporalidad y la parcialidad de los contratos provoca una situación de "pobreza laboral", que como ha señalado Reloba, se traduce en que un trabajo ya no es "una garantía de inclusión en el Estado de Bienestar".

El último boletín del Observatorio de la Emancipación, elaborado con indicadores estadísticos oficiales y datos del primer semestre de 2015, anuncia que sólo el 20,8 % de los jóvenes ha conseguido emanciparse, por lo que ocho de cada diez siguen viviendo con sus padres y madres "para no afrontar ese riesgo de pobreza al que se ven expuestos".

En España hay una tasa de desempleo juvenil del 64,1 % y un 60 % de jóvenes ocupados que no llegan a ingresar mil euros al mes.

Y desde el CJE se advierte de que para poder emanciparse y comprar una vivienda, un joven necesitaría cobrar un 95,44 % más.

En este sentido, los jóvenes necesitan emplear un 58,6 % del salario que perciben para la compra, lo que para el sociólogo colaborador del Observatorio Joffre López está "muy por encima" del 30 % recomendable para no verse endeudado.

De hecho, uno de cada cuatro hogares sobreendeudados está compuesto por hogares jóvenes.

El alquiler tampoco es una opción rentable para emanciparse, ya que, según López, "su coste es superior al de compra" debido a la bajada de tipos de interés y a que los precios del alquiler se han encarecido más.

El porcentaje de emancipación viene cayendo desde 2008, como ha recordado el sociólogo, y es en los hombres jóvenes donde más lo ha hecho, un 30,5 %.

Las jóvenes tienen mayor nivel de estudios secundarios postobliglatorios y superiores y mayores tasas de emancipación (25,2 % frente al 16,4 % de ellos), pero se ven expuestas a una mayor sobrecualificación que no se traduce en mejores puestos de trabajo, sino en puestos menos cualificados, mayor parcialidad y temporalidad.

Además, el efecto de la crisis ha provocado, como ha explicado Reloba, que "el apoyo económico de padres a hijos se haya ido reduciendo" y con éste el movimiento por motivos educativos, es decir, el número de jóvenes que se emancipan, aunque sea de forma temporal, para irse a estudiar fuera de su provincia de origen.

Del 8 % de emancipaciones de este tipo, ahora sólo queda un 4,4 %, según el Consejo de Juventud.

Con esta situación, desde el Consejo han pedido que se incluya a los jóvenes en la agenda pública y en los pactos políticos y han denunciado que "toda una generación se está quedando fuera del Estado de Bienestar".