Un grupo de científicos portugueses en un estudio reciente afirma que el hipotético fin del universo podría ocurrir antes de lo previsto debido al Gran Desgarramiento o Teoría de la expansión eterna.

El Gran Desgarramiento es una hipótesis cosmológica sobre el destino final del Universo. Esta teoría se basa en la constante expansión del cosmos, cuya velocidad está en permanente aumento. En consecuencia, la fuerza de gravitación ya no será lo suficiente para mantener juntos a los diferentes elementos cosmológicos y el universo se convertirá en un gran espacio lleno de partículas aisladas que no serán capaces de interactuar de ninguna forma.

De igual modo, se observa que la acelerada expansión se debe a la energía oscura que podría constituir el 70 % del contenido actual del universo. El posible aumento de esta es lo que llevaría al Gran Desgarramiento, lo que provocaría una brecha en el espacio-tiempo.

Según el estudio, tras investigar los datos de la última expansión del universo, las explosiones de supernovas y las oscilaciones acústicas de bariones, el final del universo podría acontecer dentro de 2.800 millones de años, si no desaparece antes por otra razón.

Sin embargo, un estudio de la Univesidad de Vanderbilt apuntaba hace un año que este fenómeno sucedería dentro de 22.000 millones de años.