Como cada año cuando llega el frío, comienzan los síntomas que todos reconocemos: estornudos, mocos, dolor de garganta, etc., que nos hacen sentir mal y nos llevan a acudir a los servicios médicos de urgencias preocupados por el malestar que notamos. No podemos automedicarnos, debemos consultar al médico y seguir sus pautas.

Uno de los signos más frecuentes es la tos, mecanismo de protección de nuestro organismo que resulta muy incómoda a quienes la padecen. Es un acto reflejo útil para expulsar sustancias extrañas del organismo. Se trata de la contracción brusca de los músculos respiratorios y del diafragma asociada a la relajación de la glotis que provoca la expulsión rápida del aire acumulado en los pulmones y arrastra cuerpos extraños. Debemos considerarla un mecanismo de defensa y aceptar la situación, pero resulta difícil porque resulta incómoda no sólo para quien la padece sino también para los que están a su alrededor.

Curiosamente, también podríamos hablar de varios tipos de tos, aunque se han agrupado en dos grandes clases para que resulte más sencillo su manejo:

-Tos seca o no productiva, que suele ser causada por la irritación de las vías respiratorias superiores debido a agentes como el humo, alérgenos, etc. Cursa con picor de garganta y no produce expectoración.

-Tos blanda o productiva, que se manifiesta con mucosidad y expectoración.

Las causas son muy variadas: infecciones de las vías respiratorias, resfriados, alergias, asma, sinusitis, tabaquismo, reflujo gastroesofágico, consumo de ciertos fármacos, bronquitis, neumonía, etc. Aunque la tos no es grave en sí misma, sí debe ser analizado su origen para evitar complicaciones que pueden ser de difícil tratamiento si no se corrigen en el momento en que se inicia el proceso.

Aunque lo normal es que la tos dure solo unos días, existen casos en los que se cronifica y debe ser estudiada en profundidad, pues puede haber una patología subyacente que se manifieste de esta manera. Además, se han dado casos de personas que padecen tos crónica de carácter psicógeno, relacionada con situaciones en las que se "ponen nerviosas" y comienzan a toser sin poder controlarse. Se diagnostica una vez son descartadas otras enfermedades y no se reconoce ninguna como causante de la situación. El tratamiento debe ser indicado por el médico.

Un grupo especial -en el que es imprescindible el consejo médico- lo constituyen los niños, los ancianos y los enfermos crónicos. Así, por ejemplo, la dosificación en los niños depende de su edad y peso o en los enfermos crónicos y ancianos debe ser tenida en cuenta la medicación que ya están consumiendo y las interacciones entre los diferentes fármacos.

La prevención pasa por:

-Hidratarse abundantemente. Lo mejor es beber agua, pero también están indicadas las infusiones y los zumos.

-Evitar permanecer en ambientes muy cálidos y secos porque favorecen la irritación de las mucosas No es necesario pasar frío, pero tampoco podemos meternos en una incubadora.

-Utilizar humidificadores para evitar que se resequen las mucosas y aumente la irritación causante de la tos.

-No fumar, porque el humo del tabaco afecta directamente a las vías respiratorias.

Si ya tienes tos es recomendable consultar al farmacéutico o acudir al médico para que valore la situación. De manera general:

-Para la tos seca es adecuado consumir caramelos o pastillas con miel, glicerina, etc., porque mejoran la humidificación de la garganta. También alivia mucho mantenerse bajo la ducha aspirando el vapor que se forma o prepararse vahos de agua y eucalipto y respirar bajo una toalla.

-Para la tos húmeda resulta muy adecuado eliminar la mucosidad de la nariz utilizando suero fisiológico o productos similares que reducen los mocos y favorecen la limpieza de las vías respiratorias.

Existen en el mercado un gran número de jarabes con funciones variadas que funcionan de maravilla en los casos banales pero no debes consumirlos sin consejo médico porque tienen contraindicaciones y presentan efectos secundarios. Suelen utilizarse compuestos que contienen codeína, dextrometorfano, acetilcisteína, bromexina, etc. en función del tipo de tos de que se trate. También existen "compuestos naturales" como los que contienen extractos de hiedra, que contiene hederina y se utiliza a todas las edades. Cualquier medicamento debe ser pautado por el especialista para evitar problemas.